21 de noviembre de 2007

ENFERMEDADES DE TRANSMISION SEX UAL




¿Qué es la clamidia?

La clamidia es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) frecuente, causada por la bacteria Chlamydia trachomatis, que puede dañar los órganos reproductivos de la mujer. Aunque generalmente la clamidia no presenta síntomas o tiene síntomas leves, hay complicaciones graves que pueden ocurrir “en forma silenciosa” y causar daños irreversibles, como infertilidad, antes de que una mujer se dé cuenta del problema. La clamidia puede también causar secreción del pene en un hombre infectado.

¿Qué tan común es la clamidia?

La clamidia es la enfermedad de transmisión sexual bacteriana reportada con mayor frecuencia en los Estados Unidos. En 2004, los 50 estados y el Distrito de Columbia reportaron 929,462 infecciones por clamidia a los CDC. Muchos casos no se reportan porque la mayoría de las personas con clamidia no saben que tienen la infección y no se hacen pruebas para detectar la enfermedad. Además, es frecuente que se traten los síntomas y no se hagan las pruebas de detección. Se estima que 2.8 millones de estadounidenses resultan infectados por clamidia cada año. Las mujeres se vuelven a infectar frecuentemente si sus parejas sexuales no reciben tratamiento.

¿Cómo se contrae la clamidia?

La clamidia puede ser transmitida durante relaciones sexuales vaginales, anales o durante las relaciones sexuales orales. La clamidia también puede ser transmitida de una madre infectada a su hijo durante el parto vaginal.

Toda persona sexualmente activa puede ser infectada con clamidia. Entre mayor número de parejas sexuales tenga la persona, mayor es el riesgo de infección. Las niñas adolescentes y las mujeres jóvenes que son sexualmente activas están expuestas a un mayor riesgo de infección porque su cuello uterino (la abertura del útero) no se ha desarrollado completamente. Debido a que la clamidia puede transmitirse por relaciones sexuales orales o anal, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres también están en peligro de contraer la infección clamidial.

¿Cuáles son los síntomas de la clamidia?

A la clamidia se le conoce como la enfermedad "silenciosa” porque casi 3 de cada 4 mujeres infectadas y cerca de la mitad de hombres infectados no presentan síntomas. Si hay síntomas, éstos aparecen generalmente entre 1 y 3 semanas después del contagio.

En las mujeres, la bacteria infecta inicialmente el cuello uterino y la uretra (el canal urinario). Las mujeres que tienen síntomas podrían presentar flujo vaginal anormal o una sensación de ardor al orinar. Algunas mujeres siguen sin tener signos ni síntomas cuando la infección se propaga del cuello uterino a las trompas de Falopio (los tubos que conducen los óvulos desde los ovarios hasta el útero); otras presentan dolor de vientre, lumbago, náusea, fiebre, dolor durante el coito o sangrado entre los períodos menstruales. La infección clamidial del cuello uterino puede propagarse al recto.

Los hombres que tienen signos o síntomas podrían presentar secreción del pene o una sensación de ardor al orinar. Los hombres también podrían presentar una sensación de ardor y picazón alrededor de la abertura del pene. El dolor y la inflamación de los testículos es poco frecuente.

Los hombres o mujeres que reciben penetración anal pueden contraer la infección clamidial en el recto, lo cual puede causar dolor rectal, secreciones o sangrado. La clamidia puede hallarse también en la garganta de las mujeres y hombres que han tenido relaciones sexuales orales con una pareja infectada.

¿Qué tipo de complicaciones puede haber si no se trata la clamidia?

Si la clamidia no es tratada, la infección puede avanzar y causar graves problemas reproductivos y de salud con consecuencias a corto y largo plazo. Al igual que la enfermedad, el daño que causa la clamidia es a menudo "silencioso".

En las mujeres, si la infección no es tratada, puede propagarse al útero o a las trompas de Falopio y causar enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). Esto ocurre hasta en un 40 por ciento de las mujeres que tienen clamidia y no han recibido tratamiento. La EIP puede causar daño permanente a las trompas de Falopio, al útero y a los tejidos circundantes. El daño puede llegar a causar dolor pélvico crónico, infertilidad y embarazo ectópico (embarazo implantado fuera del útero) que es potencialmente mortal. Las mujeres infectadas con clamidia tienen hasta cinco veces más probabilidades de infectarse con el VIH, si están expuestas al virus.

Para ayudar a prevenir las graves consecuencias de la clamidia, se recomienda que las mujeres sexualmente activas de 25 años de edad o menos se realicen una prueba de detección de la clamidia al menos una vez al año. También se recomienda que las mujeres de mayor edad que están expuestas al riesgo de contraer clamidia (por ejemplo, si tienen una nueva pareja sexual o múltiples parejas sexuales) se realicen una prueba de detección anual. Todas las mujeres embarazadas deben hacerse una prueba de detección de la clamidia.

Las complicaciones entre los hombres son poco comunes. En ocasiones, la infección se propaga al epidídimo (el tubo que conduce el esperma desde los testículos) y causa dolor, fiebre y, rara vez, esterilidad.

En muy pocos casos, la infección clamidial genital puede causar artritis que puede estar acompañada de lesiones en la piel e inflamación de los ojos y de la uretra (síndrome de Reiter).

¿Qué efectos tiene la clamidia en la mujer embarazada y en su bebé?

Hay cierta evidencia de que en las mujeres embarazadas, las infecciones clamidiales que no reciben tratamiento pueden propiciar partos prematuros. Los bebés que nacen de mujeres infectadas pueden contraer infecciones clamidiales en los ojos y en el tracto respiratorio. La clamidia es una de las causas principales de aparición temprana de neumonía y conjuntivitis (ojo rosado) entre los recién nacidos.

¿Cómo se diagnostica la clamidia?

Existen pruebas de laboratorio para diagnosticar la clamidia. Algunas de estas pruebas pueden realizarse en la orina, otras pruebas requieren que la muestra sea obtenida de lugares como el pene o el cuello uterino.

¿Cuál es el tratamiento de la clamidia?

La clamidia puede ser fácilmente tratada y curada con antibióticos. Los tratamientos más frecuentemente utilizados son una dosis única del medicamento azitromicina o una semana de tratamiento con doxiciclina (dos veces al día). Las personas VIH positivas que tienen clamidia deben recibir el mismo tratamiento que las personas que son VIH negativas.

Todas las parejas sexuales deben ser evaluadas, hacerse las pruebas y recibir tratamiento. Las personas que tienen clamidia deben abstenerse de tener relaciones sexuales hasta que ellas y sus parejas sexuales hayan terminado el tratamiento, de lo contrario podrían volverse a infectar.

Las mujeres cuyas parejas sexuales no han recibido el tratamiento adecuado sufren un alto riesgo de volverse a infectar. Tener infecciones múltiples aumenta el riesgo de que la mujer tenga graves complicaciones en su salud reproductiva, entre ellas la infertilidad. Las mujeres, especialmente las adolescentes, deben considerar hacerse de nuevo la prueba tres o cuatro meses después del tratamiento. Esto es de especial importancia cuando la mujer no sabe si su pareja sexual ha recibido tratamiento.

¿Cómo puede prevenirse la clamidia?

La manera más segura de evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual es absteniéndose del contacto sexual o tener una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le han hecho las pruebas y se sabe que no está infectada.

Los condones de látex en los hombres, cuando se usan de manera habitual y correcta, pueden reducir el riesgo de transmisión de la clamidia.

Se recomienda que todas las mujeres sexualmente activas de 25 años de edad y menos se realicen una prueba anual de detección de la clamidia. También se recomienda que las mujeres de mayor edad que están expuestas al riesgo de contraer clamidia (por ejemplo, si tienen una nueva pareja sexual o múltiples parejas sexuales) se realicen una prueba de detección anual. Todas las mujeres embarazadas deben hacerse una prueba de detección de la clamidia.

Todo síntoma genital, como por ejemplo secreción o ardor al orinar, una úlcera poco usual o una irritación, debe ser razón para dejar de tener relaciones sexuales y consultar a un proveedor de atención médica de inmediato. Si la persona ha sido tratada contra la clamidia (o contra otra enfermedad de transmisión sexual), debe informar de esto a todas sus parejas sexuales recientes para que éstas consulten a un proveedor de atención médica y reciban tratamiento. Esto reduce el riesgo de que las parejas sexuales presenten complicaciones graves por la tricomoniasis y reduce el riesgo de reinfección en las personas con clamidia. La persona y todas sus parejas sexuales deben evitar tener relaciones sexuales hasta que hayan terminado su tratamiento contra la clamidia.



¿Qué es la gonorrea?

La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual (ETS), provocada por la Neisseria gonorrhoeae, una bacteria que puede crecer y multiplicarse fácilmente en áreas húmedas y tibias del tracto reproductivo, incluidos el cuello uterino (la abertura de la matriz), el útero y las trompas de Falopio (también llamadas oviductos) en la mujer, y en la uretra (conducto urinario) en la mujer y en el hombre. Esta bacteria también puede crecer en la boca, la garganta, los ojos y el ano.

¿Qué tan común es la gonorrea?

La gonorrea es una enfermedad infecciosa muy frecuente. Los CDC calculan que más de 700,000 personas en los EE.UU. contraen nuevas infecciones por gonorrea al año. Solamente cerca de la mitad de estas infecciones son comunicadas a los CDC. En el año 2002, se reportaron 351,852 casos de gonorrea a los CDC. La tasa nacional de casos de gonorrea disminuyó entre 1975 y 1997 a raíz de la puesta en práctica del programa nacional para el control de la gonorrea, a mediados de la década de 1970. Después de un pequeño aumento en 1998, la tasa de la gonorrea ha disminuido levemente desde 1999. En el año 2002, la tasa reportada de esta infección fue de 125 por cada 100,000 personas.

¿Cómo se contrae la gonorrea?

La gonorrea se transmite por contacto con el pene, la vagina, la boca o el ano. No es necesario que se dé la eyaculación para transmitir o contraer la gonorrea. La gonorrea también puede transmitirse de madre a hijo durante el parto.

Las personas que han tenido gonorrea y han sido tratadas pueden infectarse nuevamente si tienen relaciones sexuales con una persona que tiene la enfermedad.

¿Quién está expuesto al riesgo de contraer la gonorrea?

Toda persona sexualmente activa puede infectarse con gonorrea. En los Estados Unidos, las tasas más altas de infección se registran entre adolescentes sexualmente activos, jóvenes adultos y afro-americanos.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la gonorrea?

Aun cuando es probable que muchos hombres con gonorrea no tengan ningún síntoma, en algunos aparecerán algunos signos y síntomas de dos a cinco días después de contraer la infección. Algunos síntomas pueden tardar hasta 30 días en aparecer. Entre los signos y síntomas se encuentran la sensación de ardor al orinar y una secreción blanca, amarilla o verde del pene. Algunas veces a los hombres con gonorrea les duelen los testículos o se les inflaman.

La mayoría de las mujeres con gonorrea no tienen síntomas, y si los tienen, éstos son leves. Incluso cuando tienen síntomas, pueden ser tan poco específicos que se confunden con los síntomas de una infección vaginal o de cistitis. Entre los primeros síntomas y signos en las mujeres se encuentran una sensación de dolor o ardor al orinar, aumento del flujo vaginal y hemorragia vaginal entre períodos. Las mujeres con gonorrea están expuestas al riesgo de tener graves complicaciones de la infección, independientemente de la presencia o gravedad de los síntomas.

Entre los síntomas de infección rectal tanto en hombres como en mujeres, puede haber secreción, picazón, dolor y sangrado en el ano y dolor al defecar. También es probable que la infección rectal no esté acompañada de síntomas. Las infecciones de la garganta puede que provoquen dolor de garganta, pero por lo general no se presenta ningún síntoma.

¿Cuáles son las complicaciones de la gonorrea?

Cuando la gonorrea no es tratada, puede provocar problemas graves y permanentes de salud tanto en hombres como en mujeres.

En las mujeres, la gonorrea es una causa frecuente de enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). Anualmente, cerca de un millón de mujeres en los Estados Unidos contraen EIP. Las mujeres con EIP no tienen necesariamente síntomas. Pero cuando sí se presentan, pueden ser muy graves e incluir dolor abdominal y fiebre. La EIP puede provocar abscesos internos (pústulas llenas de pus difíciles de curar) y dolor pélvico crónico prolongado. La EIP puede causar daños a las trompas de Falopio y producir infertilidad o aumentar el riesgo de un embarazo ectópico. El embarazo ectópico es una afección potencialmente mortal en la cual un óvulo fecundado crece fuera del útero, usualmente en una trompa de Falopio.

En los hombres, la gonorrea puede provocar epididimitis, una afección dolorosa de los testículos que puede provocar infertilidad si no es tratada.

La gonorrea puede propagarse a la sangre y a las articulaciones. Esta afección puede ser potencialmente mortal. Además, las personas con gonorrea pueden fácilmente infectarse con el VIH, el virus que causa el SIDA. Las personas infectadas con VIH que tienen gonorrea tienen más probabilidad de transmitir el VIH a otra persona.

¿Qué efectos tiene la gonorrea en la mujer embarazada y en su bebé?

Si una mujer embarazada tiene gonorrea, es probable que le transmita la infección a su bebé cuando éste pasa por la vía de parto durante el nacimiento, lo que puede provocar ceguera, infección en las articulaciones y una infección sanguínea potencialmente mortal en el bebé. Tratar la gonorrea tan pronto como es detectada en la mujer embarazada reducirá el riesgo de estas complicaciones. Se aconseja que las mujeres embarazadas vean a un proveedor de atención médica para que sean examinadas y se les hagan las pruebas y el tratamiento necesarios.

¿Cómo se diagnostica la gonorrea?

Existen varias pruebas de laboratorio para diagnosticar la gonorrea. Un médico o una enfermera puede tomar una muestra de las partes del cuerpo que pudieran estar infectadas (cuello uterino, uretra, recto o garganta) y enviarla a un laboratorio para que sea analizada. La gonorrea presente en el cuello uterino o en la uretra puede ser diagnosticada en el laboratorio con un sencillo análisis de una muestra de orina. Una prueba rápida de laboratorio que puede realizarse en algunas clínicas y consultorios médicos es la prueba de tinción de Gram. La tinción de Gram de una muestra de la uretra o del cuello del útero permite al médico visualizar la bacteria en el microscopio. Este examen funciona mejor en los hombres que en las mujeres.

¿Cuál es el tratamiento de la gonorrea?

Existen varios antibióticos con los cuales se puede tratar exitosamente la gonorrea en adolescentes y adultos. Sin embargo, ha estado aumentando el número de cepas de gonorrea resistentes a las medicinas en muchas partes del mundo, incluidos los Estados Unidos, por lo que el tratamiento de la gonorrea se hace cada vez más difícil. Dado que muchas personas con gonorrea también tienen clamidia, otra enfermedad de transmisión sexual, se suele recetar antibióticos para tratar ambas infecciones al mismo tiempo. Se recomienda que las personas con gonorrea también se hagan pruebas para detectar otras ETS.

Para curar la gonorrea, es necesario tomar toda la medicina recetada. Si bien la medicina detendrá la infección, no remediará ninguna lesión permanente provocada por la enfermedad. Las personas que han tenido gonorrea y se han curado, pueden contraer nuevamente la enfermedad si tienen relaciones sexuales con personas infectadas con gonorrea. Si los síntomas en una persona persisten después del tratamiento, debe regresar al médico para que sea evaluada nuevamente.

¿Cómo puede prevenirse la gonorrea?

La manera más segura de evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual es absteniéndose del contacto sexual o tener una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le han hecho pruebas y se sabe que no está infectada.

Los condones de látex, cuando se usan de manera habitual y correcta, pueden reducir el riesgo de transmisión de la gonorrea.

Todo síntoma genital, como por ejemplo secreción o ardor al orinar, una úlcera poco usual o una irritación, debe ser razón para dejar de tener relaciones sexuales y consultar a un proveedor de atención médica de inmediato. Si a una persona se le ha diagnosticado gonorrea y ha recibido tratamiento contra esta enfermedad, debe informarle de esto a todas sus parejas sexuales recientes para que éstas vean a un proveedor de atención médica y reciban tratamiento. Esto reducirá el riesgo de que las parejas sexuales presenten complicaciones graves por la gonorrea y reducirá el riesgo de reinfección en una persona. La persona con gonorrea y todas sus parejas sexuales deben evitar tener relaciones sexuales hasta que hayan terminado su tratamiento contra la enfermedad.


¿Pueden las mujeres embarazadas infectarse con una enfermedad de transmisión sexual?

Sí, las mujeres embarazadas pueden infectarse con las mismas enfermedades de transmisión sexual (ETS) que las mujeres que no lo están. El embarazo no ofrece a las mujeres ni a sus bebés ninguna protección contra las ETS. De hecho, si una mujer contrae una ETS mientras está embarazada, las consecuencias para ella y su bebé son significativamente más graves y hasta pueden ser mortales. Es importante que las mujeres se den cuenta de los efectos dañinos de las ETS y que sepan cómo protegerse y proteger a sus niños contra la infección.

¿Qué tan comunes son las ETS en las mujeres embarazadas en los Estados Unidos?

Ciertas ETS, como el herpes genital y la vaginosis bacteriana, son bastante frecuentes en las mujeres embarazadas en los Estados Unidos. Otras ETS, en especial el VIH y la sífilis, son mucho menos comunes en las mujeres embarazadas. La siguiente tabla muestra las cifras estimadas de mujeres embarazadas en los Estados Unidos que resultan infectadas con una enfermedad de transmisión sexual cada año.

ETS
Cifra estimada de mujeres embarazadas
Vaginosis bacteriana
800,000
Herpes simple
800,000
Clamidia
200,000
Tricomoniasis
80,000
Gonorrea
40,000
Hepatitis B
40,000
VIH
8,000
Sífilis
8,000

¿Qué efectos tienen las ETS en la mujer embarazada y en su bebé?

Las mujeres embarazadas pueden sufrir muchas de las mismas consecuencias de las ETS que las mujeres que no lo están. Las ETS pueden causar cáncer cervical y otros tipos de cáncer, hepatitis crónica, enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad y otras complicaciones. Muchas ETS que afectan a las mujeres son silenciosas, es decir, que se presentan sin mostrar signos o síntomas.

Una mujer embarazada que tiene una enfermedad de transmisión sexual puede también presentar un parto anticipado, ruptura prematura de las membranas que rodean al bebé en el útero e infección uterina después del parto.

Las ETS pueden ser transmitidas de una mujer embarazada a su bebé antes, durante o después del nacimiento del bebé. Ciertas ETS (como la sífilis) cruzan la placenta e infectan al bebé mientras está en el útero (matriz). Otras ETS (como gonorrea, clamida, hepatitis B y herpes genital) pueden ser transmitidas de la madre a su bebé cuando el bebé pasa por la vía del parto durante el nacimiento. El VIH puede cruzar la placenta durante el embarazo, infectar al bebé durante el parto y, a diferencia de la mayoría de las otras ETS, puede infectar al bebé a través de la lactancia.

Los efectos dañinos de las ETS pueden incluir el nacimiento de bebés muertos, bebés con bajo peso al nacer (menos de cinco libras), conjuntivitis (infección de los ojos), neumonía, sepsis neonatal (infección en la sangre circulante del bebé), daño neurológico (como daño cerebral o falta de coordinación en los movimientos del cuerpo), ceguera, sordera, hepatitis aguda, meningitis, enfermedad hepática crónica y cirrosis. Algunos de estos problemas pueden prevenirse si la madre recibe cuidado prenatal de rutina, que incluye la realización de pruebas de detección de ETS temprano en el embarazo y la repetición de las pruebas cerca del final del embarazo, si es necesario. Otros problemas pueden ser atendidos si la infección se detecta al momento del parto.

¿Deben hacerse las mujeres embarazadas pruebas para detectar las ETS?

Las enfermedades de transmisión sexual afectan a mujeres de todos los niveles socioeconómicos y educacionales, de cualquier edad, raza, grupo étnico y religión. En su publicación del año 2002 sobre tratamientos de enfermedades de transmisión sexual (2002 Sexually Transmitted Diseases Treatment Guidelines), los CDC recomiendan que, durante su primera visita prenatal, las mujeres embarazadas se hagan pruebas de detección que incluyan:

  • Clamidia
  • Gonorrea
  • Hepatitis B
  • Hepatitis C
  • VIH
  • Sífilis

Asimismo, algunos expertos recomiendan que las mujeres que han tenido un parto prematuro en el pasado sean examinadas y reciban tratamiento contra la vaginosis bacteriana durante su primera visita prenatal.

Las mujeres embarazadas también deberían pedirle al médico que les hagan pruebas para detectar estas ETS porque algunos médicos no realizan estas pruebas de manera habitual. Cada vez hay más pruebas nuevas y de mayor precisión. Aunque una mujer se haya hecho las pruebas en el pasado, debería volvérselas a hacer si queda embarazada.

¿Pueden tratarse las ETS durante el embarazo?

Enfermedades como clamidia, gonorrea, sífilis, tricomoniasis y vaginosis bacteriana (VB) pueden ser tratadas y curadas con antibióticos durante el embarazo. No hay cura para las ETS virales como el herpes genital y el VIH, pero el uso de medicamentos antivirales para el herpes y el VIH puede reducir los síntomas en las mujeres embarazadas. Si la mujer tiene lesiones activas del herpes genital al momento del parto, se puede realizar un parto por cesárea para proteger al recién nacido contra la infección. La cesárea también puede ser una opción para algunas mujeres infectadas con el VIH. Las mujeres cuyas pruebas de detección para la hepatitis B arrojaron resultados negativos, pueden recibir la vacuna contra la hepatitis B durante el embarazo.

¿Cómo pueden las embarazadas protegerse contra la infección?

La manera más segura de evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual es absteniéndose del contacto sexual o tener una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le han hecho las pruebas y se sabe que no está infectada.

Los condones de látex, cuando se usan de manera habitual y correcta, son altamente eficaces para prevenir la transmisión del VIH, el virus que causa el SIDA. Los condones de látex, cuando se usan de manera habitual y correcta, pueden reducir el riesgo de transmisión de gonorrea, clamidia y tricomoniasis. Las úlceras genitales y las infecciones por el virus del papiloma humano (VPH) pueden aparecer tanto en las áreas genitales masculinas como las femeninas, estén o no cubiertas o protegidas con un condón de látex. El uso correcto y habitual de los condones de látex puede reducir el riesgo de contraer herpes genital, sífilis y chancros solamente si el área infectada o el área de posible contacto está protegida. Aunque se desconoce el efecto de los condones en la prevención de la infección por el virus del papiloma humano, se ha asociado el uso del condón a una tasa más baja de cáncer cervical, el cual es una enfermedad relacionada con el VPH.

¿Qué es la EIP?

La enfermedad inflamatoria pélvica (EIP, también conocida por sus siglas en inglés como PID) es el término general que se utiliza para referirse a infecciones que se presentan en el útero (matriz), las trompas de Falopio (los tubos que conducen los óvulos desde los ovarios hasta el útero) y otros órganos reproductivos. Es una complicación frecuente y grave de ciertas enfermedades de transmisión sexual (ETS), especialmente la clamidia y la gonorrea. La EIP puede dañar las trompas de Falopio y los tejidos del útero, los ovarios y las áreas circundantes. La EIP que no recibe tratamiento puede provocar consecuencias graves que incluyen infertilidad, embarazo ectópico (embarazo implantado en una trompa de Falopio o en otro lugar fuera de la matriz), formación de absceso y dolor pélvico crónico.

¿Qué tan común es la EIP?

Se estima que cada año más de 1 millón de mujeres sufren un episodio de EIP aguda en los Estados Unidos. Más de 100,000 mujeres quedan infértiles cada año a consecuencia de una EIP y una gran proporción de los embarazos ectópicos que se presentan cada año son el resultado de una EIP. Más de 150 mujeres mueren anualmente de EIP o por complicaciones de la enfermedad.

¿Cómo contraen las mujeres la EIP?

La EIP se presenta cuando las bacterias pasan de la vagina o el cuello uterino (la abertura al útero) de la mujer a sus órganos reproductivos. Muchos tipos diferentes de organismos pueden causar la EIP, pero muchos casos están asociados a la gonorrea y la clamidia, dos enfermedades bacterianas de transmisión sexual muy frecuentes. Haber tenido un episodio de EIP aumenta el riesgo de que se presente otro episodio debido a que los órganos reproductivos pueden haber sufrido daños la primera vez que se presentó la infección.

Las mujeres sexualmente activas que están en edad de procrear son las que están expuestas a un mayor riesgo, y las mujeres que tienen menos de 25 años de edad tienen mayor probabilidad de contraer EIP que las mujeres mayores de 25 años. Esto se debe a que el cuello uterino de las adolescentes y mujeres jóvenes no está completamente desarrollado, lo que aumenta su susceptibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual relacionadas con la EIP.

Entre más parejas sexuales tenga una mujer, mayor es el riesgo que tiene de contraer la EIP. Asimismo, una mujer cuya pareja sexual tenga más de una pareja sexual enfrenta un mayor riesgo de contraer la EIP debido a que potencialmente está expuesta a más agentes infecciosos.

Las mujeres que usan duchas vaginales tienen un riesgo más alto de contraer EIP que las mujeres que no las utilizan. Investigaciones han mostrado que las duchas cambian en forma dañina la composición de la flora vaginal (organismos que viven en la vagina) y pueden empujar las bacterias desde la vagina hacia los órganos reproductivos.

Las mujeres que utilizan dispositivos intrauterinos (DIU) pueden tener un riesgo levemente mayor de contraer EIP cerca del momento de la inserción del dispositivo que las mujeres que utilizan otros anticonceptivos o las mujeres que no los utilizan. Sin embargo, el riesgo se reduce significativamente si a una mujer se le hacen pruebas de detección de enfermedades de transmisión sexual, y en caso de ser necesario, se le administra el tratamiento indicado antes de la inserción del DIU.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la EIP?

Los síntomas de la EIP pueden no existir del todo o llegar a ser graves. Cuando la EIP es causada por una infección clamidial, la mujer puede experimentar síntomas leves o no tener síntomas y al mismo tiempo estar sufriendo daños graves en los órganos reproductivos. Debido a que los síntomas son tan poco claros, la EIP no es detectada por las mujeres ni los proveedores de atención médica en casi dos tercios de los casos. Las mujeres que presentan síntomas de EIP sufren, por lo general, de dolor de vientre. Otros signos y síntomas incluyen fiebre, flujo vaginal poco usual que puede tener mal olor, relación sexual dolorosa, dolor al orinar, menstruación irregular y dolor en la parte superior derecha del abdomen (poco frecuente).

¿Cuáles son las complicaciones de la EIP?

Un tratamiento pronto y adecuado puede ayudar a prevenir las complicaciones causadas por la EIP. Si la EIP no recibe tratamiento, puede causar daño permanente a los órganos reproductivos femeninos. Las bacterias causantes de la infección pueden invadir silenciosamente las trompas de Falopio y hacer que el tejido normal se convierta en tejido cicatricial. Este tejido bloquea o interrumpe el movimiento normal de los óvulos hacia el útero. Si las trompas de Falopio están totalmente bloqueadas por el tejido cicatricial, el esperma no puede fertilizar un óvulo y la mujer queda infértil. La infertilidad también puede presentarse cuando las trompas de Falopio están bloqueadas parcialmente o ligeramente dañadas. Aproximadamente una de cada ocho mujeres con EIP queda infértil, y si la mujer tiene episodios múltiples de EIP, aumentan las posibilidades de infertilidad.

Asimismo, una trompa de Falopio parcialmente bloqueada o levemente dañada puede hacer que un óvulo fecundado permanezca en la trompa de Falopio. Si el óvulo fecundado empieza a crecer en la trompa como si estuviera en el útero, ocurre lo que se llama embarazo ectópico. A medida que crece, el embarazo ectópico puede romper la trompa de Falopio y causar gran dolor, hemorragia interna y hasta la muerte.

La cicatrización en las trompas de Falopio y en otras estructuras pélvicas puede causar también dolor pélvico crónico (un dolor que dura meses y hasta años). Las mujeres que sufren episodios repetidos de EIP tienen más probabilidades de sufrir infertilidad, embarazo ectópico o dolor pélvico crónico.

¿Cómo se diagnostica la EIP?

La EIP es difícil de diagnosticar porque los síntomas son a menudo imperceptibles y leves. Muchos episodios de EIP no son detectados porque la mujer o el proveedor de atención médica no reconocen las implicaciones de estos síntomas leves o no específicos. Debido a que no hay pruebas precisas para detectar la EIP, el diagnóstico se basa, por lo general, en hallazgos clínicos. Si se presentan síntomas como dolor de vientre, el proveedor de atención médica debería realizar un examen físico para determinar la naturaleza y la ubicación del dolor y ver si hay fiebre, flujo vaginal o cervical anormal y si hay evidencia de gonorrea o infección clamidial. Si los hallazgos indican que hay EIP, es necesario el tratamiento.

El proveedor de atención médica también puede ordenar pruebas para identificar el organismo causante de la infección (p.ej. infección clamidial o gonorreica) o para distinguir entre EIP y otros problemas con síntomas similares. La ecografía pélvica es un procedimiento útil para diagnosticar la EIP. Este examen permite visualizar el área de la pelvis para ver si las trompas de Falopio están agrandadas o si hay un absceso. En ciertos casos, puede ser necesaria una laparoscopia para confirmar el diagnóstico. La laparoscopia es un procedimiento quirúrgico menor mediante el cual un tubo delgado y flexible con una luz al final (laparoscopio) se inserta en el vientre mediante una pequeña incisión. Este procedimiento le permite al médico ver los órganos pélvicos internos y obtener muestras para estudios de laboratorio, si es necesario.

¿Cuál es el tratamiento de la EIP?

La EIP se puede curar con varios tipos de antibióticos. Un proveedor de atención médica es quien determinará y recetará la mejor terapia. Sin embargo, el tratamiento con antibióticos no corrige los daños que ya han ocurrido en los órganos reproductivos. Si una mujer tiene dolor pélvico y otros síntomas de EIP, es de vital importancia que busque atención de inmediato. Un tratamiento a tiempo con antibióticos puede prevenir daños graves a los órganos reproductivos. Entre más tiempo se demore la mujer en recibir tratamiento contra la EIP, mayor será la probabilidad de quedar infértil o de tener un embarazo ectópico en el futuro a consecuencia del daño que sufrieron las trompas de Falopio.

Debido a la dificultad que existe para identificar los organismos que están infectando los órganos reproductivos internos y al hecho de que más de un organismo puede ser el causante de un episodio de EIP, esta enfermedad se trata, por lo general, con al menos dos antibióticos eficaces contra una amplía gama de agentes infecciosos. Estos antibióticos pueden ser administrados por vía oral o por inyección. Los síntomas pueden desaparecer antes de que se cure la infección. La mujer debe tomarse todos los antibióticos que le han sido recetados aunque ya no tenga síntomas. Esto ayudará a prevenir que la infección se vuelva a presentar. Las mujeres que están recibiendo tratamiento contra la EIP deben ser reexaminadas por su proveedor de atención médica dos a tres días después de iniciado el tratamiento para asegurarse de que los antibióticos son eficaces y están curando la infección. Asimismo, la pareja o parejas sexuales de la mujer deben recibir tratamiento para disminuir el riesgo de reinfección, a pesar de que la pareja no tenga síntomas. Aunque las parejas sexuales no tengan síntomas, todavía podrían estar infectadas con los organismos que causan la EIP.

Se puede recomendar que una mujer sea hospitalizada para recibir tratamiento contra la EIP si (1) está gravemente enferma (p.ej. tiene nausea, vómito y fiebre alta); (2) está embarazada; (3) no responde o no puede tomar los medicamentos por vía oral y necesita que los antibióticos se administren por vía intravenosa; o (4) tiene un absceso en la trompa de Falopio o en el ovario (absceso tubo-ovárico). Si los síntomas persisten o si el absceso no desaparece, es posible que se necesite cirugía. Complicaciones de la EIP, como el dolor pélvico crónico y la cicatrización, son difíciles de tratar, pero en ciertas ocasiones mejoran con la cirugía.

¿Cómo puede prevenirse la EIP?

Las enfermedades de transmisión sexual (principalmente la clamidia o la gonorrea que no han sido tratadas) son la principal causa prevenible de la EIP. Las mujeres pueden protegerse contra la EIP tomando medidas para prevenir las enfermedades de transmisión sexual o, si contraen una EPS, tratándose la enfermedad a tiempo.

La manera más segura de evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual es absteniéndose del contacto sexual o tener una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le han hecho pruebas y se sabe que no está infectada.

Los condones de látex en los hombres, cuando se usan de manera habitual y correcta, pueden reducir el riesgo de transmisión de la clamidia y de la gonorrea.

Los CDC recomiendan que todas las mujeres sexualmente activas de 25 años de edad o menos y las mujeres de más edad con factores de riesgo de infecciones clamidiales (quienes tienen una nueva pareja sexual o múltiples parejas sexuales) se hagan pruebas para detectar la enfermedad una vez al año. El proveedor de atención médica debería siempre hacer una evaluación de riesgos, la cual podría indicar la necesidad de realizar pruebas de detección con mayor frecuencia en ciertas mujeres.

Todo síntoma genital, como una úlcera poco usual, flujo con olor, sensación de ardor al orinar o sangrado entre ciclos menstruales, podría significar que la mujer tiene una enfermedad de transmisión sexual. Si la mujer tiene alguno de estos síntomas, debe suspender las relaciones sexuales y consultar a un proveedor de atención médica de inmediato. El tratamiento temprano de las enfermedades de transmisión sexual puede prevenir la EIP. Las mujeres a las que se les informó que tienen una enfermedad de transmisión sexual y están recibiendo tratamiento deben notificárselo a todas sus parejas sexuales recientes, para que éstas vayan a un proveedor de atención médica y se hagan las pruebas para saber si tienen una ETS. No se debe reiniciar la actividad sexual hasta que todas las parejas sexuales hayan sido examinadas y, si ha sido necesario, hayan recibido tratamiento.


¿Qué es el herpes genital?

El herpes genital es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) causada por los virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1) y tipo 2 (HSV-2). La mayoría de los herpes genitales son causados por el tipo HSV-2. La mayoría de las personas con HSV-1 o HSV-2 no presentan signos ni síntomas de la infección o presentan síntomas mínimos. Si se presentan signos, éstos usualmente aparecen en forma de ampolla o ampollas en los genitales o el recto o alrededor de los mismos. Las ampollas se rompen y dejan úlceras dolorosas (llagas) que pueden tardar de dos a cuatro semanas en curarse la primera vez que se presentan. Típicamente, puede presentarse otro brote semanas o meses después del primero, pero casi siempre es menos intenso y de más corta duración. A pesar de que la infección puede permanecer en forma indefinida en el organismo, la cantidad de brotes tiende a disminuir a medida que pasan los años.

¿Qué tan común es el herpes genital?

Los resultados de un estudio representativo a nivel nacional revelan que el herpes genital es de frecuente ocurrencia en los Estados Unidos. Nacionalmente, por lo menos 45 millones de personas de 12 años en adelante o uno de cada cinco adolescentes y adultos ha tenido una infección de HSV. Entre finales de 1970 y principios de 1990, se incrementó en un 30 por ciento el número de estadounidenses con la infección del herpes genital.

La infección por HSV-2 genital es más frecuente en las mujeres (aproximadamente una de cada cuatro mujeres) que entre los hombres (casi uno de cada cinco). Esto puede deberse a que es más probable que ocurra la transmisión de hombre a mujer que la transmisión de mujer a hombre.

¿Cómo se contrae el herpes genital?

El HSV-1 y el HSV-2 pueden encontrarse en las úlceras causadas por los virus y ser liberados por las mismas, pero entre brote y brote los virus también pueden ser liberados por la piel que no parece afectada o que no tiene úlceras. Por lo general, una persona solo puede infectarse con el HSV-2 durante el contacto sexual con alguien que tiene una infección por HSV-2 genital. La transmisión puede darse a partir de una pareja sexual infectada que no tiene una úlcera visible y que no sepa que está infectada.

El HSV-1 puede causar herpes genital, pero más frecuentemente causa infecciones de la boca y los labios, también llamadas “ampollas febriles”. La infección por HSV-1 en los genitales puede ser causada por contacto oral-genital o contacto genital-genital con una persona que tiene la infección por HSV-1. Los brotes del HSV-1 genital reaparecen con menos regularidad que los brotes del HSV-2 genital.

¿Cuáles son los signos y síntomas del herpes genital?

La mayoría de personas infectadas con el HSV-2 no saben que tienen la infección. Sin embargo, si se presentan signos y síntomas durante el primer brote, éstos pueden ser bastante pronunciados. El primer brote ocurre generalmente dentro de las dos semanas siguientes a la transmisión del virus y las úlceras se curan típicamente dentro de dos a cuatro semanas. Otros signos y síntomas durante el episodio primario pueden incluir una segunda serie de úlceras y síntomas parecidos a la gripe, entre ellos fiebre e inflamación de las glándulas. Sin embargo, la mayoría de las personas con la infección por HSV-2 puede que nunca tengan úlceras o pueden tener signos muy leves de los cuales ni siquiera se dan cuenta o que confunden con picaduras de insectos o con otra afección de la piel.

La mayoría de las personas a quienes se les ha diagnosticado un primer episodio de herpes genital pueden esperar tener varios (típicamente cuatro o cinco) brotes (recurrencias sintomáticas) en un período de un año. Por lo general, estas recurrencias disminuyen en frecuencia a medida que pasa el tiempo.

¿Cuáles son las complicaciones del herpes genital?

El herpes genital puede causar la presencia repetida de dolorosas úlceras genitales en muchos adultos y la infección del herpes puede ser grave en personas con sistemas inmunodeprimidos. Sean severos o no los síntomas, el herpes genital causa con frecuencia sufrimiento psicológico en las personas que saben que están infectadas.

Adicionalmente, el HSV genital puede causar infecciones potencialmente mortales en los bebés. Es importante que las mujeres eviten contraer el herpes durante el embarazo porque la ocurrencia de un primer episodio durante el embarazo provoca un mayor riesgo de que el virus sea transmitido al bebé. Si una mujer tiene herpes genital activo al momento del parto, se realiza por lo general un parto por cesárea. Afortunadamente, es muy poco frecuente que un bebé sea infectado por una mujer que tiene herpes.

El herpes puede contribuir a la propagación del VIH, el virus que causa el SIDA. El herpes puede hacer que las personas se vuelvan más susceptibles a la infección por VIH y puede hacer que las personas infectadas por el VIH sean más infecciosas.

¿Cómo se diagnostica el herpes genital?

Los signos y síntomas asociados al HSV-2 pueden variar ampliamente. Los proveedores de atención médica pueden diagnosticar el herpes genital mediante una inspección visual si el brote es típico y mediante la obtención de una muestra de la úlcera o de las úlceras que se envía para un análisis de laboratorio. Puede ser difícil diagnosticar las infecciones por HSV si no hay un brote (entre brotes). Los exámenes de sangre, que detectan la infección por HSV-1 o del VSH-2, pueden ser útiles, aunque los resultados no son siempre muy claros.

¿Hay tratamiento para el herpes?

No existe un tratamiento que pueda curar el herpes, pero los medicamentos antivirales pueden acortar y prevenir los brotes durante el tiempo que la persona tome los medicamentos. Adicionalmente, la terapia supresiva diaria contra el herpes sintomático puede reducir la posibilidad de transmisión a las parejas sexuales de las personas infectadas.

¿Cómo puede prevenirse el herpes?

La manera más segura de evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual, incluido el herpes genital, es absteniéndose del contacto sexual o tener una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le han hecho las pruebas y se sabe que no está infectada.

Las úlceras genitales pueden aparecer tanto en las áreas genitales masculinas como en las femeninas, estén o no cubiertas o protegidas con un condón de látex. El uso correcto y habitual de los condones de látex puede reducir el riesgo de contraer herpes genital, solamente si el área infectada o el área de posible contacto está protegida. Debido a que es posible que el condón no pueda cubrir todas las áreas infectadas, ni siquiera el uso correcto y habitual de los condones de látex puede garantizar la protección contra el herpes genital.

Las personas con herpes deben abstenerse de tener relaciones sexuales con parejas sexuales no infectadas cuando haya lesiones u otros síntomas del herpes. Es importante saber que aunque la persona no tenga síntomas, todavía puede infectar a sus parejas sexuales. Se les debe advertir a las parejas sexuales de las personas infectadas que también pueden resultar infectadas. Las parejas sexuales pueden hacerse pruebas para determinar si están infectadas con el HSV. Una prueba de detección del HSV-2 cuyos resultados sean positivos indica que lo más probable es que haya una infección de herpes genital.



¿Qué es la infección genital por VPH?

La infección genital por VPH es una enfermedad de transmisión sexual (ETS), causada por el virus del papiloma humano (VPH). El virus del papiloma humano es el nombre que se le da a un grupo de virus que incluye más de 100 tipos o cepas diferentes. Más de 30 de estos virus son transmitidos sexualmente y pueden infectar el área genital de hombres y mujeres, que incluyen la piel del pene, la vulva (área fuera de la vagina) o el ano y los revestimientos de la vagina, el cuello uterino o el recto. La mayoría de las personas que quedan infectadas por VPH no presentarán síntomas y la infección desaparecerá por sí sola.

Algunos tipos de estos virus son llamados de “alto riesgo” y pueden revelar resultados anormales en las pruebas de Papanicolaou. Estos virus también pueden provocar cáncer de cuello uterino, de vulva, de vagina, de ano o de pene. Otros tipos de virus son llamados de “bajo riesgo” y pueden arrojar resultados con anormalidades leves en las pruebas de Papanicolaou o causar verrugas genitales. Las verrugas genitales son abultamientos o crecimientos únicos o múltiples que aparecen en el área genital y en ciertas ocasiones tienen forma de coliflor.

¿Qué tan común es el VPH?

Aproximadamente 20 millones de personas están infectadas actualmente con el VPH. Al menos el 50 por ciento de las mujeres y hombres sexualmente activos contraerán la infección genital del VPH en algún momento de sus vidas. Por lo menos el 80 por ciento de mujeres habrá contraído una infección genital del VPH al llegar a los 50 años de edad. Cerca de 6.2 millones de estadounidenses contraen una nueva infección genital del VPH cada año.

¿Cómo se contrae la infección genital por VPH?

Los tipos de VPH que infectan el área de los genitales se propagan principalmente mediante el contacto genital. La mayoría de las infecciones por VPH no presentan signos ni síntomas; por esta razón, la mayoría de las personas que tienen la infección no se dan cuenta de que están infectadas, sin embargo sí pueden transmitir el virus a su pareja sexual. En muy contados casos, una mujer embarazada puede transmitir el VPH a su bebé durante el parto vaginal. A un bebé que está en contacto con el VPH muy pocas veces le salen verrugas en la garganta o en la laringe.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la infección genital por VPH?

La mayoría de personas que tienen infección genital por VPH no saben que están infectadas. El virus vive en la piel o en las membranas mucosas y generalmente no causa síntomas. A ciertas personas les saldrán verrugas genitales visibles o presentarán cambios precancerosos en el cuello uterino, vulva, ano o pene. En muy contadas ocasiones, la infección por VPH puede causar cáncer anal o genital.

Las verrugas genitales aparecen, por lo general, como elevaciones o masas suaves y húmedas, rosadas o de color de la piel, usualmente en el área genital. Las verrugas pueden ser planas o elevadas, únicas o múltiples, pequeñas o grandes y, en ciertos casos, tener forma de coliflor. Pueden aparecer en la vulva, la vagina o en el ano o alrededor de los mismos, en el cuello uterino y en el pene, en el escroto, en la ingle o los muslos. Las verrugas pueden aparecer semanas o meses después del contacto sexual con una persona infectada o puede que no aparezcan.

Las verrugas genitales se diagnostican por examen visual. Las verrugas genitales visibles pueden ser eliminadas con medicamentes que se aplica el propio paciente o con un tratamiento realizado por un proveedor de atención médica. Algunas personas deciden no hacerse tratamiento para ver si las verrugas desaparecen por sí solas. No hay un tratamiento para las verrugas genitales que sea mejor que el otro y no hay un tratamiento ideal para todos los casos.

¿Cómo se diagnostica la infección genital por VPH?

A la mayoría de las mujeres se les diagnostica el VPH sobre la base de resultados anormales en las pruebas de Papanicolaou. La prueba de Papanicolaou es la herramienta primaria de detección del cáncer cervical o cambios precancerosos en el cuello uterino, muchos de los cuales están relacionados con el VPH. Asimismo, existe una prueba específica para detectar el VPH en el ADN de las mujeres (prueba de ADN del VPH). La prueba puede realizarse en mujeres con resultados anormales leves en las pruebas de Papanicolaou o en mujeres mayores de 30 años de edad al momento de la realización de la prueba de Papanicolaou. Los resultados de la prueba de ADN del VPH pueden ayudar a los proveedores de atención médica a decidir si se necesitan pruebas o tratamientos adicionales.

No existen pruebas para detectar el VPH en los hombres.

¿Existe una cura para el VPH?

No hay “cura” para la infección por VPH, aunque en la mayoría de las mujeres la infección desaparece por sí sola. Los tratamientos administrados buscan atender los cambios en la piel o en la membrana mucosa causados por la infección por VPH, como verrugas y cambios precancerosos en el cuello uterino.

¿Cuál es la conexión entre la infección por VPH y el cáncer cervical?

Todos los tipos de VPH pueden arrojar resultados con anormalidades leves en las pruebas de Papanicolaou que no tienen consecuencias graves. Aproximadamente 10 de los 30 tipos de infección genital por VPH identificados pueden provocar, en casos raros, cáncer cervical. Las investigaciones han demostrado que en la mayoría de las mujeres (90 por ciento), la infección por VPH cervical se vuelve indetectable en un período de dos años. A pesar de que solo una pequeña proporción de mujeres tiene una infección persistente, la infección persistente por VPH de los tipos de “alto riesgo" constituye el riesgo de cáncer cervical más importante.

La prueba de Papanicolaou puede detectar células precancerosas y cancerosas en el cuello uterino. La realización de pruebas de Papanicolaou periódicas y un seguimiento médico cuidadoso, con tratamiento si es necesario, puede ayudar a asegurar que los cambios precancerosos en el cuello uterino causados por la infección por VPH no se conviertan en un cáncer cervical que pueda ser mortal. La realización de la prueba de Papanicolaou, utilizada en los programas de detección de cáncer cervical en los Estados Unidos, ha reducido ampliamente las muertes por cáncer cervical. La Sociedad Americana del Cáncer calcula que, para el año 2004, cerca de 10,520 mujeres contraerán cáncer cervical invasivo y cerca de 3,900 mujeres morirán de la enfermedad. La mayoría de las mujeres que contraen cáncer cervical invasivo no se han hecho exámenes periódicos de detección del cáncer cervical.

¿Cómo se puede reducir el riesgo de infección genital por VPH?

La forma más segura de eliminar el riesgo de la infección genital por VPH es evitar el contacto genital con otra persona.

Si las personas deciden ser sexualmente activas, la mejor estrategia para prevenir infecciones genitales por VPH en el futuro, es tener una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le han hecho las pruebas y se sabe que no está infectada. Sin embargo, es difícil determinar si una pareja que ha sido sexualmente activa en el pasado está infectada en la actualidad.

Las personas que decidan ser sexualmente activas y no están en una relación duradera y mutuamente monógama pueden reducir el riesgo de infección genital por VPH al reducir el número de parejas sexuales y seleccionar una pareja que tenga menos probabilidad de estar infectada. Las parejas que tienen menos probabilidad de estar infectadas son aquellas que no han tenido una pareja sexual o que han tenido pocas parejas sexuales en el pasado.

La infección por VPH puede aparecer tanto en las áreas genitales masculinas como las femeninas, estén o no cubiertas o protegidas con un condón de látex. Aunque se desconoce el efecto de los condones en la prevención de la infección por VPH, se ha asociado el uso del condón a una tasa más baja de cáncer cervical, el cual es una enfermedad relacionada con el VPH.


¿Qué es la sífilis?

La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) provocada por la bacteria Treponema pallidum. A menudo se le ha llamado “la gran imitadora” porque muchos de sus signos y síntomas no pueden ser diferenciados de los de otras enfermedades.

¿Qué tan común es la sífilis?

En los Estados Unidos, según las autoridades de salud, se registraron 32,000 casos de sífilis en el año 2002, de los cuales 6,862 eran casos de sífilis primaria y secundaria. La mitad de todos los casos de sífilis primaria y secundaria reportados en 2002 ocurrieron en 16 condados y una ciudad; la mayoría de ellos ocurrieron en personas entre 20 y 39 años de edad. La tasa más alta de sífilis infecciosa se registró entre mujeres de 20 a 24 años de edad y entre hombres de 35 a 39 años. Los casos de sífilis congénita reportados entre recién nacidos disminuyeron de 492 casos en 2001 a 412 en 2002.

Entre 2001 y 2002, el número de casos reportados de sífilis primaria y secundaria aumentó en 12.4%. Las tasas en la población femenina continuaron en descenso y, en general, la tasa entre los hombres fue 3.5 veces más alta que la de las mujeres. Esto, aunado a los informes de brotes de sífilis entre hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres (conocidos como MSM, por sus siglas en inglés), parece indicar que las tasas de sífilis entre estos hombres están aumentando.

¿Cómo se contrae la sífilis?

La sífilis pasa de una persona a otra a través del contacto directo con un chancro sifilítico. Los chancros aparecen principalmente en los genitales externos, la vagina, el ano o el recto. También pueden aparecer en los labios y en la boca. La transmisión de la bacteria ocurre durante las relaciones sexuales vaginales, anales u orales. Las mujeres embarazadas que tienen esta enfermedad pueden pasársela a los bebés que llevan en el vientre. La sífilis no se propaga por el contacto con inodoros, manillas de puertas, piscinas, bañeras y jacuzzis ni por compartir ropa ni cubiertos.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la sífilis en adultos?

Muchas personas que tienen sífilis están libres de síntomas por años, pero enfrentan el riesgo de complicaciones si no se tratan la enfermedad. Aunque parece que la transmisión ocurre a partir de personas con chancros, quienes están en la fase primaria o secundaria de la enfermedad, muchos de estos chancros pasan desapercibidos. Por lo tanto, la transmisión se da principalmente a partir de personas que no saben que están infectadas.

Fase primaria
La fase primaria de la sífilis suele estar marcada por la aparición de una sola úlcera (llamada chancro), pero puede que aparezcan múltiples úlceras. El tiempo que transcurre entre la infección por sífilis y la aparición del primer síntoma puede variar de 10 a 90 días (con un promedio de 21 días). Por lo general, el chancro es firme, redondo, pequeño e indoloro. Aparece en el sitio por donde la sífilis entró al organismo. El chancro dura de 3 a 6 semanas y se cura sin tratamiento. Sin embargo, si no se administra el tratamiento adecuado, la infección progresa hasta pasar a la fase secundaria.

Fase secundaria
La fase secundaria se caracteriza por irritaciones en la piel y lesiones en las membranas mucosas. Esta fase suele comenzar con la aparición de una irritación en una o más áreas del cuerpo. Por lo general, la irritación no produce picazón. Las irritaciones asociadas a la sífilis secundaria pueden aparecer mientras se cura el chancro o varias semanas después de que el chancro se haya curado. La irritación característica de la sífilis secundaria puede tomar el aspecto de puntos rugosos, de color rojo o marrón rojizo, tanto en la palma de las manos como en la planta de los pies. Sin embargo, también pueden aparecer irritaciones de apariencia diferente en otras partes del cuerpo, que algunas veces se parecen a irritaciones provocadas por otras enfermedades. Algunas veces, las irritaciones asociadas a la sífilis secundaria son tan leves que pasan desapercibidas. Además de las irritaciones, puede que se presenten otros síntomas durante la fase secundaria, que incluyen fiebre, inflamación de los ganglios, dolor de garganta, pérdida irregular del cabello, dolor de cabeza, pérdida de peso, dolores musculares y fatiga. Los signos y síntomas de la sífilis secundaria desaparecerán con tratamiento o sin tratamiento, pero la infección progresará hasta las fases latente y terciaria de la enfermedad, si no se administra ningún tratamiento.

Fase terciaria
La fase latente (escondida) de la sífilis comienza con la desaparición de los síntomas de la fase secundaria. Sin tratamiento, la persona infectada seguirá teniendo sífilis aun cuando no tenga ni signos ni síntomas; la infección permanece en el organismo. En la fase terciaria, la sífilis puede lesionar los órganos internos, entre ellos el cerebro, los nervios, los ojos, el corazón, los vasos sanguíneos, el hígado, los huesos y las articulaciones. Las lesiones internas pueden aparecer muchos años más tarde. Entre los signos y síntomas de la fase terciaria de la sífilis se encuentran la dificultad para coordinar los movimientos musculares, parálisis, entumecimiento, ceguera gradual y demencia. Estas lesiones pueden ser lo suficientemente graves como para producir la muerte.

¿Qué efectos tiene la sífilis en la mujer embarazada y en su bebé?

La bacteria de la sífilis puede infectar al bebé de una mujer durante el embarazo. Dependiendo de cuánto tiempo una mujer embarazada ha estado infectada, puede enfrentar un alto riesgo de tener un mortinato (bebé nacido muerto) o dar a luz un bebé que muere poco después de haber nacido. Un bebé infectado puede que nazca sin los signos y síntomas de la enfermedad. Sin embargo, si no es sometido a tratamiento de inmediato, el bebé puede presentar serios problemas al cabo de unas cuantas semanas. Si estos bebés no reciben tratamiento, pueden sufrir de retardo del desarrollo, convulsiones o morir.

¿Cómo se diagnostica la sífilis?

Algunos proveedores de atención médica pueden diagnosticar la sífilis mediante el examen del material de un chancro (úlcera infecciosa) en un microscopio especial llamado microscopio de campo oscuro. Si las bacterias de la sífilis están presentes en el chancro, se notarán al microscopio.

El examen de sangre es otra manera de determinar si una persona tiene sífilis. Poco tiempo después de que una persona se infecta, el organismo produce anticuerpos que pueden ser detectados mediante un examen de sangre seguro, preciso y económico. El nivel de anticuerpos en la sangre será bajo durante meses o incluso años después de que la enfermedad se ha curado. Dado que una sífilis no tratada en una mujer embarazada puede infectar y posiblemente provocar la muerte de su bebé, toda mujer embarazada debería hacerse un examen de sangre para la detección de la sífilis.

¿Cual es la relación entre la sífilis y el VIH?

Las úlceras genitales (chancros) producidos por la sífilis hacen que sea más fácil trasmitir y contraer la infección por VIH por vía sexual. Se calcula que el riesgo de contraer la infección por VIH es de 2 a 5 veces más alto cuando está presente la sífilis.

Las ETS ulcerosas que producen chancros, úlceras o rupturas de la piel o de las mucosas, tales como la sífilis, rompen las barreras que protegen contra las infecciones. Las úlceras genitales producidas por la sífilis pueden sangrar fácilmente y cuando entran en contacto con la mucosa oral o rectal durante la relación sexual aumentan las probabilidades de infección y la susceptibilidad al VIH. Padecer de otras ETS es un importante factor que predispone a la posibilidad de contraer la infección por VIH porque las ETS son un marcador de las conductas asociadas a la transmisión del VIH.

¿Cuál es el tratamiento de la sífilis?

La sífilis es fácil de curar en las primeras fases. Si una persona ha tenido sífilis durante menos de un año, la enfermedad se curará con una sola inyección intramuscular de penicilina, que es un antibiótico. Si una persona ha tenido sífilis por más de un año, necesitará de dosis adicionales. Para las personas que son alérgicas a la penicilina, hay otros antibióticos disponibles para tratar la sífilis. La sífilis no puede curarse con remedios caseros ni con medicinas que se venden sin receta médica. El tratamiento matará la bacteria de la sífilis y evitará futuras lesiones, pero no remediará las lesiones ya ocasionadas.


Dado que se dispone de un tratamiento eficaz, es importante que las personas se hagan pruebas de detección de la sífilis de manera constante si practican conductas sexuales que las enfrentan al riesgo de contraer ETS.

Las personas que reciben tratamiento contra la sífilis deben abstenerse de tener contacto sexual con parejas nuevas hasta que los chancros sifilíticos hayan desaparecido por completo. Las personas que tienen sífilis deben comunicárselo inmediatamente a sus parejas de manera que éstas también se sometan a las pruebas y reciban tratamiento si es necesario.

¿Es recurrente la sífilis?

El hecho de que una persona haya tenido sífilis una vez no la protege de tenerla de nuevo. Una persona puede seguir siendo susceptible a la reinfección aun cuando se haya curado con el tratamiento. Solamente las pruebas de laboratorio pueden confirmar si una persona tiene sífilis. Dado que los chancros sifilíticos pueden estar escondidos en la vagina, el recto o la boca, es probable que una persona no se entere de que su pareja sexual tiene sífilis. El proveedor de atención médica ayudará a determinar si es necesario hacer nuevamente las pruebas de detección de la sífilis después de que haya concluido el tratamiento.

¿Cómo puede prevenirse la sífilis?

La manera más segura de evitar contraer enfermedades de transmisión sexual, incluida la sífilis, es absteniéndose del contacto sexual o tener con una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien le han hecho las pruebas y se sabe que no está infectada.

Abstenerse de consumir alcohol y drogas puede también ayudar a evitar la transmisión de la sífilis ya que estas actividades pueden conllevar a adoptar una conducta sexual peligrosa. Es importante que las parejas sexuales hablen entre ellas si tienen el VIH y si en el pasado han tenido otras ETS, de manera que puedan tomar acciones preventivas.

Las úlceras genitales que provocan ciertas enfermedades, como la sífilis, pueden aparecer tanto en las áreas genitales masculinas como las femeninas, estén o no cubiertas o protegidas con un condón de látex. El uso correcto y habitual de los condones de látex puede reducir el riesgo de contraer la sífilis, así como los herpes genitales y los chancros, solamente si el área infectada o el área de posible contacto está protegida.


¿Qué es la sífilis?

La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) provocada por la bacteria Treponema pallidum. A menudo se le ha llamado “el gran imitador” porque muchos de sus signos y síntomas son similares a los de otras enfermedades.

¿Qué tan común es la sífilis?

En los Estados Unidos, según las autoridades de salud, se registraron 32,000 casos de sífilis en el año 2002, de los cuales 6,862 eran casos de sífilis primaria y secundaria. La mitad de todos los casos de sífilis primaria y secundaria reportados en 2002 ocurrieron en 16 condados y una ciudad; la mayoría de ellos ocurrieron en personas entre 20 y 39 años de edad. La tasa más alta de sífilis infecciosa se registró entre mujeres de 20 a 24 años de edad y entre hombres de 35 a 39 años.

Entre 2001 y 2002, el número de casos reportados de sífilis primaria y secundaria aumentó en un 12.4%. Las tasas en la población femenina continuaron en descenso y, en general, la tasa entre los hombres fue 3.5 veces más alta que la de las mujeres. Esto, aunado a los informes de brotes de sífilis entre hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres (conocidos como MSM, por sus siglas en inglés), parece indicar que las tasas de sífilis entre estos hombres están aumentando.

¿Cómo se contrae la sífilis?

La sífilis pasa de una persona a otra a través del contacto directo con un chancro sifilítico. Los chancros aparecen principalmente en los genitales, la vagina, el ano y el recto. También pueden aparecer en los labios y en la boca. La transmisión de la bacteria ocurre durante las relaciones sexuales vaginales, anales u orales. Las mujeres embarazadas que tienen esta enfermedad pueden pasársela a los bebés que llevan en el vientre. La sífilis no se propaga por el contacto con inodoros, piscinas, bañeras y jacuzzis ni por compartir ropa ni cubiertos.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la sífilis?

Las personas que tienen sífilis puede que no tengan síntomas por años, pero sí enfrentan el riesgo de complicaciones si no se tratan la enfermedad. Aunque parece que la transmisión ocurre a partir de personas con chancros, quienes están en la fase primaria o secundaria de la enfermedad, muchos de estos chancros pasan desapercibidos. Por lo tanto, la transmisión se da principalmente a partir de personas que no saben que están infectadas.

Fase primaria
La fase primaria de la sífilis suele estar marcada por la aparición de una sola úlcera (llamada chancro), pero puede que aparezcan múltiples úlceras. El tiempo que transcurre entre la infección por sífilis y la aparición del primer síntoma puede variar de 10 a 90 días (con un promedio de 21 días). Por lo general, el chancro es firme, redondo, pequeño e indoloro. Aparece en el sitio por donde la sífilis entró al organismo. El chancro dura por lo general de 3 a 6 semanas y se cura con tratamiento o sin tratamiento. Sin embargo, si no se administra el tratamiento adecuado, la infección progresa hasta pasar a la fase secundaria.

Fase secundaria
La fase secundaria se caracteriza por irritaciones en la piel y lesiones en las membranas mucosas. Esta fase suele comenzar con la aparición de una irritación en una o más áreas del cuerpo. Por lo general, la irritación no produce picazón. Las irritaciones asociadas a la sífilis secundaria pueden aparecer mientras se cura el chancro o varias semanas después de que el chancro se haya curado. La irritación característica de la sífilis secundaria puede tomar el aspecto de puntos rugosos, de color rojo o marrón rojizo, tanto en la palma de las manos como en la planta de los pies. Sin embargo, también pueden aparecer irritaciones de apariencia diferente en otras partes del cuerpo, que algunas veces se parecen a irritaciones provocadas por otras enfermedades. Algunas veces, las irritaciones asociadas a la sífilis secundaria son tan leves que pasan desapercibidas. Además de las irritaciones, puede que se presenten otros síntomas durante la fase secundaria, que incluyen fiebre, inflamación de los ganglios, dolor de garganta, pérdida irregular del cabello, dolor de cabeza, pérdida de peso, dolores musculares y fatiga. Los signos y síntomas de la sífilis secundaria desaparecerán con tratamiento o sin tratamiento, pero la infección progresará hasta la fase latente y la fase terciaria de la enfermedad si no se administra ningún tratamiento.

Fase terciaria
La fase latente (escondida) de la sífilis comienza con la desaparición de los síntomas de la fase secundaria. Si no es tratada, la infección permanece en el organismo. En algunas personas con sífilis latente, la enfermedad progresa hasta la fase terciaria. En la fase terciaria, la sífilis puede lesionar los órganos internos, entre ellos el cerebro, los nervios, los ojos, el corazón, los vasos sanguíneos, el hígado, los huesos y las articulaciones. Las lesiones internas pueden aparecer muchos años más tarde. Entre los signos y síntomas de la fase terciaria de la sífilis se encuentran la dificultad para coordinar los movimientos musculares, parálisis, entumecimiento, ceguera gradual y demencia. Estas lesiones pueden ser lo suficientemente graves como para producir la muerte.

¿Por que la sífilis debe preocupar a los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres?

En los últimos años se ha reportado un aumento de la sífilis entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres en varias ciudades y áreas, entre ellas Chicago, Seattle, San Francisco, el Sur de California, Miami y la ciudad de Nueva York. En brotes recientes se han documentado tasas altas de co-infección con VIH, que varían de 20% a 70%. Se sabe que los problemas de salud provocados por la sífilis en adultos son graves por sí solos, pero ahora también se sabe que los chancros que produce la sífilis en los adultos también hacen que sea más fácil transmitir y contraer la infección por VIH a través del contacto sexual.

¿Cómo se diagnostica la sífilis?

Algunos proveedores de atención médica pueden diagnosticar la sífilis luego de examinar el material de una úlcera infecciosa (chancro) en un microscopio especial llamado microscopio de campo oscuro. Si las bacterias de la sífilis están presentes en el chancro, se notarán al microscopio.

El examen de sangre es otra manera de determinar si una persona tiene sífilis. Poco tiempo después de que una persona se infecta, el organismo produce anticuerpos contra la sífilis que pueden ser detectados mediante un examen de sangre seguro, preciso y económico. El nivel de anticuerpos en la sangre puede que se mantenga bajo durante meses o incluso años después de que la enfermedad se haya curado.

¿Cual es la relación entre la sífilis y el VIH?

Las úlceras genitales (chancros) producidos por la sífilis hacen que sea más fácil trasmitir y contraer la infección por VIH por vía sexual. Se calcula que el riesgo de contraer la infección por VIH es de 2 a 5 veces más alto cuando está presente la sífilis. Las ETS ulcerosas que producen chancros, úlceras o rupturas de la piel o de las mucosas, tales como la sífilis, rompen las barreras que protegen contra las infecciones. Las úlceras genitales producidas por la sífilis pueden aumentar las probabilidades de infección y la susceptibilidad al VIH.

¿Cuál es el tratamiento de la sífilis?

La sífilis es fácil de curar en las primeras fases. Si una persona ha tenido sífilis durante menos de un año, la enfermedad se curará con una sola inyección intramuscular de penicilina. Si una persona ha tenido sífilis por más de un año, necesitará de dosis adicionales. Para las personas que son alérgicas a la penicilina, hay otros antibióticos disponibles para tratar la sífilis. La sífilis no puede curarse con remedios caseros ni con medicinas que se venden sin receta médica. El tratamiento matará la bacteria de la sífilis y evitará futuras lesiones, pero no remediará las lesiones ya ocasionadas en la fase terciaria.

Dado que se dispone de un tratamiento eficaz, es importante que las personas se hagan pruebas de detección de la sífilis de manera constante si practican conductas sexuales que las enfrentan al riesgo de contraer ETS.

Las personas que reciben tratamiento contra la sífilis deben abstenerse de tener contactos sexuales hasta que los chancros sifilíticos hayan desaparecido por completo. Las personas que tienen sífilis deben comunicárselo inmediatamente a sus parejas de manera que éstas también se sometan a las pruebas y reciban tratamiento si es necesario.

¿Es recurrente la sífilis?

El hecho de que una persona haya tenido sífilis una vez no la protege de tenerla de nuevo. Existe la posibilidad de reinfección, aun cuando una persona se haya curado con el tratamiento. Solamente las pruebas de laboratorio pueden confirmar si una persona tiene sífilis. Dado que los chancros sifilíticos pueden estar escondidos en la vagina, el recto o la boca, es probable que una persona no se entere de que su pareja sexual tiene sífilis. El proveedor de atención médica ayudará a determinar si es necesario hacer nuevamente las pruebas de detección de la sífilis después de que haya concluido el tratamiento.

¿Cómo puede prevenirse la sífilis?

La manera más segura de evitar contraer enfermedades de transmisión sexual, incluida la sífilis, es absteniéndose del contacto sexual o tener una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien le han hecho las pruebas y se sabe que no está infectada.

Es importante que las parejas sexuales hablen entre ellas si tienen el VIH y si en el pasado han tenido otras ETS, de manera que puedan tomar acciones preventivas.

Las úlceras genitales que provocan ciertas enfermedades, como la sífilis, pueden aparecer tanto en las áreas genitales masculinas como las femeninas, estén o no cubiertas o protegidas con un condón de látex. El uso correcto y habitual de los condones de látex puede reducir el riesgo de contraer la sífilis, así como los herpes genitales y los chancros, solamente si el área infectada o el área de posible contacto está protegida.

Los condones lubricados con espermicidas que contienen Nonoxynol-9 ó N-9 no son más eficaces que cualquier otro condón lubricado a la hora de evitar la transmisión de las ETS. Según resultados de varios estudios, el N-9 mismo puede producir lesiones genitales que permiten la entrada del VIH y de otras ETS. En junio de 2001, los CDC recomendaron que no se usara el N-9 como microbicida o lubricante durante las relaciones sexuales anales.

Lavarse los genitales u orinar después de tener la relación sexual no previene las ETS, incluida la sífilis. Cualquier secreción, úlcera o irritación, en particular en el área de la ingle, debe ser señal para dejar de tener relaciones sexuales y ver a un médico de inmediato.


¿Qué es la tricomoniasis?

La tricomoniasis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) frecuente que afecta tanto a los hombres como a las mujeres, aun cuando los síntomas son más frecuentes en las mujeres.

¿Qué tan común es la tricomoniasis?

La tricomoniasis es la ETS más frecuente en las mujeres jóvenes sexualmente activas. Se calcula que cada año se presentan 7.4 millones de casos nuevos en hombres y mujeres.

¿Cómo se contrae la tricomoniasis?

La tricomoniasis es provocada por el parásito protozoario unicelular Trichomonas vaginalis. La vagina es el sitio donde por lo general ocurre la infección en las mujeres, mientras que en los hombres, es la uretra (conducto urinario).

El parásito se transmite a través de la relación sexual pene-vagina o por el contacto vulva-vulva (el área genital en la parte externa de la vagina) con una pareja sexual infectada. Las mujeres pueden contraer esta enfermedad de un hombre o de una mujer, pero los hombres suelen contraerla solamente por el contacto con mujeres infectadas.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la tricomoniasis?

La mayoría de los hombres con tricomoniasis no tienen signos ni síntomas; sin embargo, algunos hombres puede que sientan una irritación temporal dentro del pene, tengan una leve secreción o sientan un pequeño ardor después de orinar o eyacular.

Algunas mujeres tienen signos y síntomas de infección, que incluyen un flujo vaginal espumoso, verde amarilloso, con un fuerte olor. Es probable que la infección también cause molestia durante la relación sexual o al orinar así como irritación y picazón en el área genital de la mujer. En muy pocos casos la mujer puede sentir dolor de vientre. Los síntomas suelen aparecen en las mujeres de 5 a 28 días después de la exposición a la infección.

¿Cuáles son las complicaciones de la tricomoniasis?

La inflamación genital que produce la tricomoniasis puede aumentar la susceptibilidad de una mujer a contraer la infección por VIH si está expuesta al virus. La probabilidad de que una mujer con VIH pase el VIH a su pareja sexual aumenta si tiene tricomoniasis.

¿Qué efectos tiene la tricomoniasis en la mujer embarazada y en su bebé?

Las mujeres embarazadas que tienen tricomoniasis pueden dar a luz bebés prematuros o con bajo peso (menos de 5 libras).

¿Cómo se diagnostica la tricomoniasis?

Para diagnosticar la tricomoniasis tanto en hombres como en mujeres, un proveedor de atención médica debe realizar un examen físico y una prueba de laboratorio. El parásito es más difícil de detectar en los hombres que en las mujeres. En las mujeres, el examen pélvico puede revelar la presencia de pequeñas ulceras rojas en las paredes de la vagina o en el cuello uterino.

¿Cuál es el tratamiento de la tricomoniasis?

La tricomoniasis suele curarse con una dosis oral única del medicamento metronidazol, el cual se vende con receta. Los síntomas de la tricomoniasis en hombres infectados puede que desaparezcan en unas cuantas semanas sin tratamiento alguno. Sin embargo, un hombre infectado, aun cuando nunca haya tenido síntomas o cuyos síntomas hayan desaparecido, todavía puede continuar infectando o re-infectando a su pareja sexual hasta que no se trate la infección. Por lo tanto, ambos en la pareja deben tratarse la infección al mismo tiempo para eliminar el parásito. Las personas que se están tratando la tricomoniasis deben evitar tener relaciones sexuales hasta que tanto ellas como sus parejas hayan terminado el tratamiento y no tengan síntomas. Las mujeres embarazadas pueden tomar metronidazol.

El hecho de que una persona haya tenido tricomoniasis una vez no significa que no pueda tenerla de nuevo. Una persona puede seguir siendo susceptible a la reinfección aun cuando se haya curado con el tratamiento.

¿Cómo puede prevenirse la tricomoniasis?

La manera más segura de evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual es absteniéndose del contacto sexual o tener una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le han hecho las pruebas y se sabe que no está infectada.

Los condones de látex en los hombres, cuando se usan de manera habitual y correcta, pueden reducir el riesgo de transmisión de la tricomoniasis.

Todo síntoma genital, como por ejemplo secreción o ardor al orinar, una úlcera poco usual o irritación, debe ser razón para dejar de tener relaciones sexuales y consultar con un proveedor de atención médica de inmediato. Una persona a quien se le haya diagnosticado tricomoniasis (o cualquier otra ETS) debe recibir tratamiento y debe informar a todas las personas con quienes haya tenido relaciones sexuales recientemente de manera que éstas vean a un proveedor de atención médica y sean tratadas. Esto reduce el riesgo de que las parejas sexuales presenten complicaciones por la tricomoniasis y reduce el riesgo de reinfección en las personas que la han tenido. Una persona con tricomoniasis y todas sus parejas sexuales recientes deben dejar de tener relaciones sexuales y deben hacerse el tratamiento contra la infección y esperar que desaparezcan los síntomas.




¿Qué es la vaginosis bacteriana?

Vaginosis bacteriana (VB) es el nombre que se le da a una enfermedad que ocurre en las mujeres, en la cual el equilibrio bacteriano normal en la vagina se ve alterado y en su lugar ciertas bacterias crecen de manera excesiva. En ocasiones, va acompañada de flujo vaginal, olor, dolor, picazón o ardor.

¿Qué tan común es la vaginosis bacteriana?

La vaginosis bacteriana (VB) es la infección que se da con más frecuencia en las mujeres en edad de procrear. En los Estados Unidos, hasta el 16% de las mujeres embarazadas tienen VB.

¿Cómo se contrae la vaginosis bacteriana?

La causa de la VB no se conoce del todo. La VB está asociada a un desequilibrio de las bacterias que normalmente se encuentran en la vagina de la mujer. Normalmente, la mayoría de las bacterias que hay en la vagina son “buenas”, pero también hay unas cuantas bacterias que son “dañinas”. La VB se presenta cuando hay un aumento del número de bacterias dañinas.

No se sabe mucho acerca de cómo las mujeres contraen la VB. Existen muchas incógnitas acerca del papel de las bacterias nocivas como causa de la VB. Cualquier mujer puede contraer VB. No obstante, algunas actividades o conductas alteran el equilibrio normal de las bacterias en la vagina y exponen a la mujer a un riesgo mayor de contraer la enfermedad si, por ejemplo, la mujer:

  • Tiene una nueva pareja sexual o múltiples parejas sexuales
  • Se hace duchas vaginales
  • Utiliza un dispositivo intrauterino (DIU) para evitar el embarazo.

El papel que desempeña la actividad sexual en la aparición de la VB no está claro. Las mujeres no contraen la VB por el contacto con los inodoros, lencería, piscinas o por tocar los objetos que las rodean. Las mujeres que nunca han tenido una relación sexual muy raramente se ven afectadas.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la vaginosis bacteriana?

Las mujeres con VB pueden tener un flujo vaginal anormal con un desagradable olor. Algunas mujeres manifiestan sentir un fuerte olor a pescado, especialmente después de haber tenido relaciones sexuales. De estar presente, el flujo vaginal suele ser blanco o gris y también puede ser claro. Las mujeres con VB también pueden sentir ardor al orinar o picazón en la parte externa de la vagina o ambas cosas. Algunas manifiestan no tener ni signos ni síntomas.

¿Cuáles son las complicaciones de la vaginosis bacteriana?

En la mayoría de los casos, la VB no produce complicaciones. Sin embargo, la VB puede exponer a graves riesgos, tales como:

  • La presencia de la VB puede aumentar la susceptibilidad de la mujer a la infección por VIH si se expone al contacto con este virus.

  • La VB aumenta la probabilidad de que una mujer con VIH pase el VIH a su pareja sexual.

  • La presencia de la VB ha sido asociada a un aumento de los casos de la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) luego de cirugías tales como la histerectomía o el aborto.

  • La presencia de la VB en la mujer embarazada puede aumentar el riesgo de complicaciones del embarazo.

  • La VB puede aumentar la susceptibilidad de la mujer a contraer otras ETS, tales como la clamidia y la gonorrea.

¿Qué efectos tiene la vaginosis bacteriana en la mujer embarazada y en su bebé?

Las mujeres embarazadas que tienen VB muy a menudo dan a luz bebés prematuros o con bajo peso (menos de 5 libras).

Algunas veces, las bacterias que provocan la VB pueden infectar el útero (matriz) y las trompas de Falopio (tubos que transportan los óvulos al útero). A este tipo de infección se le llama enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). La EIP puede provocar infertilidad o suficientes daños a las trompas de Falopio como para aumentar el riesgo de un embarazo ectópico e infertilidad en el futuro. El embarazo ectópico es una enfermedad potencialmente mortal en la cual un óvulo fecundado crece fuera del útero, usualmente en una trompa de Falopio, la cual puede romperse.

¿Cómo se diagnostica la vaginosis bacteriana?

El proveedor de atención médica debe examinar la vagina a fin de detectar signos de VB y tomar una muestra del flujo vaginal para realizar pruebas de laboratorio en busca de bacterias asociadas a la VB.

¿Cuál es el tratamiento de la vaginosis bacteriana?

Aun cuando algunas veces la VB desaparece sin tratamiento, toda mujer con síntomas de VB debe ser tratada, de manera que se eviten complicaciones como la EIP. Por lo general, no es necesario tratar a la pareja sexual masculina. Sin embargo, la VB puede ser transmitida entre parejas sexuales femeninas.

El tratamiento es de particular importancia en las mujeres embarazadas. Toda mujer que haya tenido un parto prematuro o un bebé con bajo peso al nacer debe ser examinada para detectar la presencia de la VB, independientemente de los síntomas, y debe recibir tratamiento contra la VB. Todas las mujeres con síntomas de VB deben ser examinadas y tratadas.

Algunos médicos recomiendan que todas las mujeres que se practiquen una histerectomía o un aborto reciban antes el tratamiento contra la VB, independientemente de los síntomas, a fin de reducir el riesgo de contraer la EIP.

La VB es tratada con antibióticos recetados por un proveedor de atención médica. Para tratar la VB se recomiendan dos antibióticos diferentes: metronidazol y clindamicina. Cualquiera de los dos antibióticos puede utilizarse tanto en mujeres embarazadas como no embarazadas, pero según el caso se recomiendan dosis diferentes. Las mujeres con VB que también son VIH positivas deben recibir el mismo tratamiento que reciben las VIH negativas.

La VB puede reaparecer después del tratamiento.

¿Cómo puede prevenirse la vaginosis bacteriana?

Los científicos no entienden del todo la VB; por lo tanto, no se conocen las mejores maneras de prevenirla. No obstante, sí se sabe que la VB está asociada a la práctica de cambiar de pareja sexual o tener múltiples parejas sexuales. En contadas ocasiones se ha detectado en mujeres que nunca han tenido una relación sexual.

Los siguientes pasos básicos de prevención pueden ayudar a reducir el riesgo de alterar el equilibrio natural de las bacterias en la vagina y la aparición de la VB:

  • Abstinencia

  • Limitar el número de parejas sexuales

  • No hacerse duchas vaginales

  • Tomar toda la medicina recetada para tratar la VB, aun cuando hayan desaparecido los signos y síntomas.














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