Amamantar debería ser una experiencia confortable y agradable. Sin embargo, muchas madres primerizas todavía se encuentran con que sus pezones son muy sensibles para los primeros días en que el bebé empieza a mamar. Esto generalmente desaparece después de 1 o 2 semanas.
Precaución: ampollas, agrietamiento, sangre y/o dolor que continúan durante o entre sesiones de lactancia no son normales. Verifique con un consultor de lactancia LLL (La Leche League) o con un Consejero de Madres en Lactancia si tiene cualquiera de estos problemas.
Prevención
Para prevenir que los pezones estén muy sensibles, empiece con la posición y el enganche correctos
- Amamante frecuentemente, cada 1-1/2-3 horas (8-12 amamantamientos cada 24 horas). Mantener a su bebé en un horario artificialmente más espaciado puede darle un hambre frenética, aumentando la posibilidad de que mame demasiado vigorosamente, poniendo sensibles sus pezones.
- Interrumpa la succión antes de retirar el bebé de su pecho. Hágalo poniendo un dedo limpio en el lado de la boca de su bebé entre sus mandíbulas. No lo retire hasta que sienta que ha terminado la succión.
- Después de amamantar a su bebé, exprima un poco de leche de su seno y úntela con un masaje en sus pezones y aréola, y luego séquelos al aire. Déjelos al aire lo más posible.
- Nunca use jabón, alcohol o cremas para senos en sus senos o pezones. Agua es todo lo que se necesita para limpiar sus senos cuando se bañe.
Manejo
Si sus pezones están sensibles y siente dolor, intente lo siguiente:
- Respire profundamente, escuche música suave o utilice otra técnica de relajación antes y mientras amamanta.
- Limite el tiempo de amamantamiento en el pezón dolorido.
- Amamante con el lado menos dolorido primero.
- Exprima un poco de leche primero para estimular su flujo.
- Masajee sus senos mientras amamanta. Esto ayuda a estimular que la leche fluya.
- Use sostenes forrados, o acolchonados no plásticos. Cambie los rellenos frecuentemente para mantener el pezón seco.
- Si sus pezones están secos o agrietados, use un poco de lanolina pura en ellos. Esto forma una barrera de humedad de modo que se mantengan secos.
- Si sus senos están congestionados, intente exprimir un poco de leche primero. Los senos atiborrados hacen muy difícil que el bebé se agarre al seno. Exprimir un poco de leche a mano o con una bomba ayuda a hacer la aréola más suave, el pezón más erguido y el asimiento más fácil.
- Use soportes para senos con múltiples hoyos entre amamantadas. Esto permite que el aire circule y los protege de ser rozados por el sostén.
GRIETAS EN EL PEZON
¿Cómo podemos hacer para curarlas?
- Como primera medida tenés que fijarte como es ese tajito, dado que la boca de tu bebé tiene que estar paralela a esa grieta, (no olvides que la cabeza siempre debe estar frente a tu teta y con el eje de su cuerpo derecho). La boca paralela sella la grieta, si estuviera perpendicular la abriría aún más.
- Después de darle la teta podés pasarte un poco de tu propia leche y apantallarte para que se seque. La leche materna tiene un factor de crecimiento epidérmico y vitaminas necesarias para la curación de la grieta.
- Sol: 10 o 15 minutos entre las 9:00 y las 15:00 horas o después de las 16:00 horas.
- La crema de caléndula también ayuda, dando su poder cicatrizante y no tenés que sacarla para darle el pecho al bebé. Mirá que el bebé no tenga manchitas blancas en la boca, eso es muguet. De ser así, podés pedirle a tu médico algún antimicótico para el bebé y para vos.
- La mayoría de las grietas se curan en una semana.
LA MASTITIS
La mastitis es un proceso infeccioso de la mama que habitualmente produce dolor, rubor y calor locales, junto con reacciones generales como fiebre malestar y, a veces, náusea y vómitos. La definición actual incluye fiebre de 38,5° o más, escalofríos, síndrome gripal, malestar generalizado y una zona triangular hinchada, rosada o roja, dolorosa y caliente en el pecho.
Existen distintos tipos de mastitis (de mayor a menor frecuencia de aparición):
- reposo en cama hasta la desaparición de la fiebre, por lo menos
- drenaje adecuado de la mama enferma, por la succión frecuente del bebé (cada dos horas) y por extracción con sacaleche manual o con bomba;
- utilizar un antibiótico adecuado de 10 a 14 días; el cefadroxilo no perjudica al bebé y su mamá puede tomarlo cada 12 horas;
- mientras haya dolor, fiebre e inflamación, debe tomarse un buen analgésico que a la vez sea antiinflamatorio, como lo es el ibuprofeno;
- los paños fríos alivian el dolor y disminuyen la congestión sanguínea, pero deben ser reemplazados por paños húmedos calientes unos minutos antes de dar de mamar, para favorecer la bajada de la leche.
Mastitis por Cándida Albicans
La incidencia de infecciones micóticas ha aumentado en la última década, probablemente por el amplio uso de antibióticos que destruyen la flora normal que al parecer mantiene bajo control a los hongos. Las mujeres jóvenes suelen tener candidiasis vaginales, que sirven como reservorio. El lactante puede contaminarse durante el parto, ser colonizado en su boca con los hongos e inocularles en el pecho al mamar. Como la leche es un excelente medio de cultivo para los hongos que se alimentan de carbohidratos, no es infrecuente la aparición de mastitis a Cándida albicans después de un tratamiento antibiótico, o sin mediar éste, cuando el bebé tiene muguet y lo transmite a los pezones y conductores de la leche de su mamá. Esta mástitis suele presentarse sin fíebre, ni rubor, ni hinchazón local, pero sí con un prurito inicial que se sigue de un dolor que se presenta cuándo el niño mama y después de mamar. Este dolor, es descripto por las mamás como si les clavasen en el pezón alfileres ardiendo, extendiéndose la sensación quemante adentro del pecho. El médico puede tratar esta mástitis con crema de ketoconazol local en pezón y aréola y con topicaciones de Nistátina en la boca del bebé. la Administración de Drogas y Alímentos de USA ha autorizádo el uso de fluconazol por vía oral en lactantes, por lo que hoy puede tratarse la mastitis intramamaria a Cándida con ese medicamento, durante por lo menos 14 días.
Es muy poco frecuente. Tiene su origen en una pioder- mitis a partir de una glándula de Montgomery o una raíz de pelo infectados a causa de una defectuosa higiene de la piel. Cura habitualmente sin cirugía, mediante tratamiento local y general con antibióticos adecuados indicados por el médico.
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