Demuéstrale a tu hijo que lo Quieres
Tú quieres a tu hijo, pero él sabe que lo quieres? El ser querido es algo que se siente, pero se siente si es que se dan señales de ello, debes demostrarle todo el amor que le tienes a tu hijo para que no tenga ninguna duda de ello.
Querer no es lo mismo que malcriar; querer es decirlo con nuestro rostro, con palabras, con el tono nuestra voz, con caricias, y de ninguna manera con regalos, porque el cariño no se compra, se gana.
La expresión de tu rostro es algo que dice mil palabras, con él tu hijo se dará cuenta si estás triste, molesta, feliz, etc. No se puede forzar a hacerlo, de lo contrario sería algo falso que también será percibido; lo que si podemos hacer es intentar sonreír, irradiar felicidad para que nuestros hijos la perciban porque ellos son felices si nosotros lo somos.
Las palabras, decirles explícitamente “te quiero mucho” es muy importante así nuestro hijo lo sienta que siempre les digamos lo mucho que lo queremos, lo orgullosos que estamos de ellos, corregirlos con paciencia y ternura.
Las caricias, un abrazo, una palmaditas de reconocimiento o consuelo, el contacto físico es imprescindible en las relaciones sociales, sobretodo en las familiares. Cualquier momento es adecuado para acariciar a tu hijo: si está feliz, si está triste, si está llorando, enfermo, o simplemente cuando se te ocurra.
Corregirlo y aceptarlo tal cual es también es una forma de querer. Corregir a un niño de manera justa y sin ira es mejor y lo más acertado; se debe tener en cuenta que el niño puede cometer errores y evita compararlo con otros niños o renegar de él.
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