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La Colestasis del Embarazo
Transtornos Hepáticos durante el Embarazo
COLESTASIS INTRAHEPÁTICA DEL EMBARAZO (ICP)
¿Qué es la colestasis intrahepática del embarazo?
La colestasis intrahepática o ICP (siglas en inglés) es un trastorno hepático relacionado con el embarazo, en el que se presentan anormalidades en el flujo de bilis (la sustancia producida por el hígado que ayuda en el proceso de digestión y absorción de grasas). Este trastorno da lugar a una acumulación de ácidos biliares (componentes de la bilis) en la sangre de la madre, que produce síntomas tales como la comezón grave de la piel.
La colestasis intrahepática o ICP (siglas en inglés) es un trastorno hepático relacionado con el embarazo, en el que se presentan anormalidades en el flujo de bilis (la sustancia producida por el hígado que ayuda en el proceso de digestión y absorción de grasas). Este trastorno da lugar a una acumulación de ácidos biliares (componentes de la bilis) en la sangre de la madre, que produce síntomas tales como la comezón grave de la piel.
¿Cuáles son los síntomas de la ICP?
Los síntomas de la ICP pueden ser leves o graves. Por lo general, comienzan en el tercer trimestre del embarazo, pero se pueden manifestar antes. Entre los síntomas más comunes se incluyen:
Comezón de la piel que va empeorando. Puede llegar a ser tan grave que interfiere con el sueño y las actividades diarias. Todas las mujeres que sufren de ICP por lo general tienen algún tipo de comezón. Muchas mujeres sienten comezón en todo el cuerpo, pero es posible que se presente con más gravedad en las palmas de las manos y en las plantas de los pies.
Ictericia, coloración amarillenta de la piel y blanco de los ojos, que se presenta en alrededor del 20 por ciento de las mujeres con ICP.
La mujer embarazada debe llamar al profesional de la salud si tiene esos síntomas.
¿Cuán común es la ICP?
La ICP afecta hasta 7 de cada 1,000 mujeres embarazadas en Estados Unidos.1
¿Cuáles son los riesgos de la ICP en el embarazo?
La ICP no perjudica la salud de la mujer, pero puede afectar al bebé. Hasta un 44 por ciento de mujeres que padecen ICP tienen partos prematuros (antes de las 37 semanas de gestación).2 Los bebés prematuros tienen más riesgos de sufrir problemas de salud mientras son recién nacidos, de padecer discapacidades duraderas e incluso de morir. La ICP también aumenta levemente el riesgo del nacimiento sin vida. Es importante diagnosticar y tratar la ICP para evitar esos problemas.
¿Cómo se diagnostica la ICP?
El profesional de la salud debe realizar estudios para detectar la ICP en mujeres que sufren de comezón persistente o ictericia. Existen varios trastornos de la piel durante el embarazo que producen comezón, pero la mayoría de éstos no son perjudiciales para la madre o el bebé. Mediante análisis de sangre es posible detectar si la comezón de la mujer se debe a la ICP. Los análisis miden varias sustancias químicas que reflejan el funcionamiento del hígado y la cantidad de ácidos biliares en la sangre de la madre.
¿Cómo se trata la ICP?
La ICP a menudo se trata con un medicamento llamado “ácido ursodesoxicólico” (Actigall), que mejora la comezón y contribuye a corregir las anormalidades de la función hepática. Algunos estudios indican que también contribuye a evitar el nacimiento sin vida.
El profesional de la salud controlará regularmente al bebé (con ultrasonido y pruebas que miden el ritmo cardíaco) para ver si tiene dificultades, tales como anormalidades del ritmo cardíaco, con motivo de la ICP. Si el bebé tiene dificultades, es posible que se inicie el parto antes de la fecha.
Es posible también que el profesional de la salud realice una prueba llamada amniocentesis a las 36 semanas de gestación (se considera que el bebé nace a término cuando tiene 37 semanas de gestación) para ver si los pulmones maduraron. Si los pulmones están desarrollados como para respirar sin ayuda, el profesional posiblemente induzca el parto a las 36 ó 37 semanas para evitar complicaciones por la ICP.
¿Qué causa la ICP?
No se conoce bien la causa de la ICP aunque parece que las hormonas del embarazo y la herencia son factores que intervienen en este trastorno. Alrededor de la mitad de las mujeres que padecen ICP tienen antecedentes familiares de trastornos hepáticos.1
¿Desaparece la ICP en la mujer después del parto?
Por lo general, los síntomas de la ICP desaparecen por sí solos unos dos días después del parto. Sin embargo, alrededor del 60 a 70 por ciento de las mujeres afectadas tendrán nuevamente síntomas en otros embarazos.
HEPATITIS
¿Qué es la hepatitis?
La hepatitis es una inflamación del hígado por lo general ocasionada por un virus. Existen varios tipos de virus que pueden causar hepatitis y los más comunes son hepatitis A, B y C.
¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis?
Los síntomas de la hepatitis pueden ser leves o graves. Algunas personas infectadas no tiene síntoma alguno. Entre los síntomas más comunes se hallan:
Ictericia
Fatiga
Náusea y vómitos
Malestar en la zona abdominal superior
Fiebre baja
Dolor de cabeza
La hepatitis A por lo general desaparece sin tratamiento en unas semanas. Sin embargo, alrededor de un 6 por ciento3 de aquellos infectados después de los 5 años de edad con hepatitis B y alrededor de un 75 por ciento4 de aquellos infectados con hepatitis C seguirán teniendo el virus en el organismo el resto de su vida, lo cual puede ocasionar enfermedades hepáticas graves o cáncer de hígado. Existen medicamentos para tratar la hepatitis B y C crónicas, pero no se recomiendan durante el embarazo.
¿Cuáles son los riesgos de la hepatitis en el embarazo?
La hepatitis B es la que presenta el mayor riesgo durante el embarazo. Las mujeres que tienen el virus en el organismo pueden transmitírselo al bebé durante el parto. Alrededor de la mitad de los bebés de madres que sufren hepatitis B pueden contraer la infección si éstas no se someten a tratamiento. La mayoría de los bebés serán portadores del virus de por vida y corren un riesgo muy alto de que se manifieste la enfermedad hepática grave y el cáncer de hígado cuando sean adultos. Se calcula que hasta 20.000 mujeres con hepatitis B tienen bebés por año.
Sólo de un 3 a un 7 por ciento de las mujeres con hepatitis C transmiten el virus a sus bebés.6 No es muy común que la hepatitis A se transmita al bebé aunque, en ocasiones, puede contribuir al parto prematuro.
¿Cómo puede evitarse el contagio de la hepatitis en los bebés?
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan someter a todas las mujeres embarazadas a un análisis de sangre para detectar la hepatitis B.
Si se detecta el virus en la mujer, es preciso vacunar al bebé contra la hepatitis B y suministrarle inmunoglobulina dentro de las 12 horas de nacido. Dicho tratamiento previene la infección en más del 90 por ciento de los bebés en riesgo.5 Se le debe aplicar al bebé otras dos dosis más de vacuna durante los primeros seis meses de vida. Los CDC también recomiendan vacunar a todos los bebés contra la hepatitis B en tres ocasiones: antes de abandonar el hospital, entre el primero y segundo mes de vida y nuevamente entre los seis y dieciocho meses de vida.
En la actualidad no hay forma de prevenir que la madre transmita la hepatitis C al bebé aunque el riesgo es muy bajo. Aunque rara vez se transmite la hepatitis A de madre a hijo, es posible tratar al recién nacido con inmunoglobulina si la madre tiene síntomas cerca de la fecha de parto.
¿Cómo se contrae el virus de la hepatitis?
La hepatitis A por lo general se contagia a través de alimentos y agua contaminados. La gente que viaja a países en vías de desarrollo tiene mayor riesgo de contraer esta enfermedad.
Las hepatitis B y C se contagian mediante el contacto con sangre o fluidos corporales de una persona infectada. Eso puede suceder al compartir agujas empleadas para inyectar drogas o tener relaciones sexuales con una persona infectada (aunque se cree que la hepatitis C no se transmite con frecuencia mediante contacto sexual).
¿Cómo puede protegerse la mujer embarazada contra la hepatitis?
La mejor defensa contra las hepatitis A y B es la vacunación. Se considera que la vacuna contra la hepatitis B no presenta riesgos para el embarazo. Conviene que las mujeres profesionales de la salud y otras personas con alto riesgo (como aquellas que viven con una pareja infectada) se vacunen antes o durante el embarazo. Las mujeres que planeen viajar a un país en vías de desarrollo deben consultar con el médico si deben vacunarse contra la hepatitis A. No se ha estudiado la vacuna contra la hepatitis A para comprobar su inocuidad durante el embarazo, pero se cree que no representa un riesgo.7 No hay vacuna contra la hepatitis C.
Las mujeres también pueden protegerse contra las hepatitis B y C observando métodos sexuales no riesgosos, evitando drogas ilícitas inyectables y el uso de artículos de higiene personal de otras personas que puedan tener sangre (hojas de afeitar y cepillos de dientes).
SÍNDROME HELLP
¿Qué es el síndrome HELLP?
El síndrome HELLP es una complicación peligrosa del embarazo caracterizada por anormalidades del hígado y sangre. HELLP es la sigla en inglés que significa hemólisis (descomposición de los glóbulos rojos), enzimas hepáticas elevadas y bajo recuento de plaquetas (fragmentos de glóbulos rojos necesarios para la coagulación sanguínea). Se trata de una variante de la preeclampsia aguda, un trastorno del embarazo caracterizado por hipertensión arterial y proteína en la orina. El síndrome HELLP ocurre en alrededor de un 10 por ciento de los embarazos complicados por la preeclampsia.
¿Cuáles son los síntomas del síndrome HELLP?
Por lo general, los síntomas del síndrome HELLP se manifiestan en el tercer trimestre del embarazo aunque pueden comenzar antes. Los síntomas también pueden surgir en las primeras 48 horas después del parto. La mujer embarazada debe llamar al profesional de la salud si tiene los siguientes síntomas:
Dolor en el estómago o región superior derecha del abdomen
Náusea o vómitos
Malestar general
Dolor de cabeza
¿Cuán común es el síndrome HELLP?
El síndrome HELLP afecta a menos del 1 por ciento de las mujeres embarazadas.9
¿Cuáles son los riesgos del síndrome HELLP?
El síndrome HELLP presenta riesgos graves para la madre y el bebé, a menos que se trate rápidamente. En la madre puede causar daño y ruptura del hígado, insuficiencia renal, problemas de sangrado, ataque cerebral e incluso la muerte. Cuando se manifiestan complicaciones graves en la madre, es posible que la vida del bebé también corra peligro. El síndrome HELLP puede causar abrupción de la placenta (cuando la placenta se desprende del útero antes del parto), que pone en peligro la vida de la madre y el bebé, así como el nacimiento prematuro. Los bebés prematuros tienen más riesgos de sufrir problemas de salud mientras son recién nacidos y de padecer discapacidades duraderas.
¿Cómo se diagnostica el síndrome HELLP?
El síndrome HELLP se diagnostica con análisis de sangre que detectan los niveles de plaquetas, glóbulos rojos y varias sustancias químicas que indican el funcionamiento del hígado.
¿Cómo se trata el síndrome HELLP?
Se puede tratar a las mujeres con medicamentos para controlar la presión arterial y evitar convulsiones y, en ocasiones, con transfusiones de plaquetas. Casi siempre se induce el parto lo antes posible en las mujeres que sufren el síndrome HELLP para evitar complicaciones graves. Si la mujer tiene menos de 34 semanas de embarazo, es posible que el parto se postergue unas 48 horas para que se la pueda tratar con medicamentos llamados corticoesteroides.8 Esos medicamentos aceleran la madurez de los pulmones del feto y ayudan a evitar las complicaciones de la prematuridad.
¿Cuál es la causa del síndrome HELLP?
Se desconoce la causa del síndrome HELLP. Tiende a ocurrir con más frecuencia en mujeres blancas que ya han tenido uno o más bebés.
¿Desaparece el síndrome HELLP después del parto?
En la mayoría de los casos las anormalidades de sangre e hígado desparecen unos pocos días después del parto.8 Las mujeres que han padecido el síndrome HELLP tienen aproximadamente un 4 por ciento de probabilidades de que les vuelva a suceder en otro embarazo.10 También es posible que tengan mayor riesgo de sufrir otras complicaciones del embarazo como preeclampsia y abrupción de la placenta.
ESTEATOSIS HEPÁTICA AGUDA DEL EMBARAZO
¿Qué es la esteatosis hepática aguda del embarazo?
La esteatosis hepática aguda (hígado graso) es una complicación poco común y mortal del embarazo. Alrededor de 1 de cada 13,000 mujeres embarazadas resulta afectada por este trastorno, que se caracteriza por la acumulación de grasas en las células del hígado.
¿Cuáles son los síntomas de la esteatosis hepática aguda del embarazo?
Los síntomas de este trastorno por lo general comienzan en el tercer trimestre del embarazo y se asemejan a los del síndrome HELLP. La mujer embarazada debe llamar al profesional de la salud si tiene los siguientes síntomas:
Náuseas y vómitos persistentes
Dolor en el estómago o región superior derecha del abdomen
Malestar general
Ictericia
Dolor de cabeza
¿Cuáles son los riesgos de la esteatosis hepática aguda del embarazo?
Sin tratamiento rápido, este trastorno puede ocasionar coma, insuficiencia de los órganos y la muerte de la madre y el bebé.
¿Cómo se diagnostica la esteatosis hepática aguda del embarazo?
Se diagnostica con análisis de sangre que miden una serie de factores relacionados con las funciones del hígado y los riñones.
¿Cómo se trata la esteatosis hepática aguda del embarazo?
Es posible que se lleven a cabo transfusiones de sangre y otros tratamientos para estabilizar la salud de la madre. Se inducirá el parto lo antes posible para evitar que el bebé tenga complicaciones graves.
¿Qué causa la esteatosis hepática aguda del embarazo?
La causa de este trastorno no se conoce por completo. Es posible que la genética sea un factor importante. En un estudio reciente se descubrió que casi el 20 por ciento de los bebés de madres afectadas por esta enfermedad tenía un error heredado en la composición química del cuerpo, llamado deficiencia de la deshidrogenasa coenzima A 3-hidroxiacilo de cadena larga (LCHAD) que impide el procesamiento adecuado de ciertas grasas. En los bebés afectados se manifiestan problemas mortales de hígado, corazón y neuromusculares, a menos que se los alimente con una dieta especial con bajo contenido de grasas. Los autores del estudio sugieren realizar análisis en todos los bebés de mujeres con esteatosis hepática aguda del embarazo para detectar la deficiencia LCHAD y someterlos a tratamiento de inmediato.
¿Desaparece la esteatosis hepática aguda después del embarazo?
Las mujeres que se someten a tratamiento rápidamente parecen no sufrir daños a largo plazo. No es común que vuelva a aparecer en otros embarazos.
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