3 de junio de 2008

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ASMA EN LOS NIÑOS

¿Qué es el asma?

El asma es una inflamación crónica de las vías respiratorias. Esta infamación produce una mayor sensibilidad (llamada hiperreactividad) de los bronquios que cuando se ponen en contacto con ciertos estímulos (factores desencadenantes) se obstruyen reduciendo el flujo aéreo.

¿Por qué se produce el asma?

Asma en el niño

Hoy en día está bien establecido que el asma es un trastorno genético complejo en donde el modo de herencia no es conocido (no está en la actualidad establecido). Es similar a lo que ocurre con otras enfermedades como la hipertensión, arterioesclerosis y diabetes mellitus. En la formación o patogénesis del asma (figura) se establece una interrelación entre genes y ambiente (factores desencadenantes) que causa una inflamación bronquial que es la responsable de los cambios estructurales y funcionales del aparato respiratorio que a la postre son los causantes de la clínica del asma.

¿Cuáles son los factores desencadenantes de la enfermedad?

Las infecciones virales; el humo del tabaco, alergenos como los pólenes, los ácaros del polvo doméstico, los animales con pelo, las cucarachas, la contaminación ambiental, el ejercicio, las emociones fuertes, ciertos alimentos y medicinas, cambios de temperatura, etc...

¿Qué frecuencia tiene el asma en la población infantil?

Es la enfermedad crónica infantil más frecuente. La prevalencia del asma está aumentando en todo el mundo. Varía entre los diferentes grupos étnicos (India 2%; Aborígenes australianos 0,1%, EEUU 13%...) en España se calcula que alrededor del 9-11% de los niños padecen esta enfermedad (es el doble que en el adulto).

¿Qué síntomas produce el asma?

Hay que considerar que un niño puede tener asma cuando presenta episodios repetidos de alguno de los síntomas siguientes:

1. Sibilancias: que son sonidos agudos silbantes al espirar (sacar el aire).

2.Tos persistente que empeora sobre todo despues del ejercicio y por la noche.

3. Dificultad respiratoria que en el niño pequeño y en el lactante, pueden manifestarse como respiración entrecortada, jadeante o por dificultad para alimentarse.

4. Opresión torácica

Estos síntomas, pueden presentarse juntos o aislados y empeorar por la noche o con el ejercicio.

¿Cómo se diagnostica el asma?

El diagnóstico de asma, se basa fundamentalmente en:
1ª) la historia médica (presencia de sibilancias, dificultad respiratoria, tos y opresión torácica).

2ª) Examen físico.

3ª) en las pruebas de función respiratoria (en los niños mayores de 6 años) donde básicamente se valora la reducción del flujo aéreo (la intensidad de la obstrucción bronquial). La presencia en el niño de dermatitis atópica y/o de rinoconjuntivitis alérgica o tener antecedentes familiares de asma, con frecuencia se asocian al diagnóstico.

¿Qué estudios de laboratorio son convenientes para completar el diagnóstico de asma?

La evaluación del paciente asmático debe incluir una valoración alérgica mediante las llamadas pruebas cutáneas de hipersensibilidad inmediata (técnica de Prick) y/o la determinación de IgE total o cuantificación de la IgE específica con los alergenos habituales en cada medio. Aunque sus resultados deben interpretarse según los datos obtenidos en la historia clínica, otros estudios recomendados son: el hemograma, las radiografías de tórax y senos, la investigación inmunológica, electrolitos en sudor, etc... que permitan descartar otras patologías y la presencia de complicaciones.

¿Cómo se clasifica el asma?

La gravedad del asma se establece en función de la intensidad y frecuencia de los síntomas. Cuando la colaboración y edad del paciente lo permiten, del grado de alteración de su función pulmonar. Se puede clasificar el asma en leve (episódico, crónico), moderado (episódico y crónico) y grave. Otra clasificación considera: Intermitente; Persistente leve; Persistente moderado y Persistente grave.

¿Qué es una crisis, agudización o ataque de asma?

La crisis de asma es el empeoramiento progresivo, en un plazo breve de tiempo, de alguno de todos los síntomas relacionados con el asma (dificultad respiratoria, sibilancias y opresión torácica) con una importante disminución del flujo aéreo respiratorio (por un aumento de la obstrucción bronquial). La intensidad de la crisis puede ser independiente de la gravedad del asma (un asma leve puede tener crisis graves y al revés).

¿Cuál es el tratamiento del asma?

Es importante reseñar que en la actualidad no hay un tratamiento curativo del asma. Sin embargo, con los medios que existen se puede conseguir en la mayoría de los casos el control completo de la enfermedad, incluso con retirada de la medicación. En todo niño asmático se pretende controlar los síntomas, prevenir las crisis de asma y conseguir una actividad física normal (incluyendo el ejercicio) con un adecuado crecimiento y desarrollo del niño.
Para conseguir esto, es necesario que los padres, y en los niños mayores ellos mismos, conozcan la enfermedad. Que sepan que es una enfermedad crónica y que reconozcan sus síntomas.

Deben distinguir entre los medicamentos que alivian (quintan o mejoran la fatiga, la tos, las sibilancias, etc...) y los que reducen la inflamación.
Deben saber que en muchas ocasiones tienen que tomar una medicación diariamente (los anti-inflamatorios) aunque se encuentren bien.
La causa más frecuente de un mal control de la enfermedad es la falta de cumplimiento terapéutico. La estrategia terapéutica incluye medidas preventivas (control ambiental) y tratamiento médico (farmacológico).

Hay que identificar, hasta donde sea posible, las causas desencadenantes (ácaros, polen, pelo-caspa de animales, etc...) y así poder tomar medidas de control ambiental, para evitar estos factores. Está ampliamente demostrado que la exposición al humo del tabaco aumenta los síntomas y dificulta el control del asma, empeorando su pronóstico. Es necesario insistir en que el niño no se desenvuelva en ambientes fumadores. Existen dos grupos de medicamentos diferenciados según traten de aliviar los síntomas producidos por la constricción bronquial (dificultad respiratoria, sibilancias, tos, opresión torácica), o de reducir la inflamación bronquial. Al primer grupo o tratamiento sintomático pertenecen los broncodilatadores. En el segundo grupo o tratamiento anti-inflamatorio se incluyen las cromonas y los corticoides. Hay que utilizar la medicación mínima efectiva para evitar o reducir al máximo los posibles efectos secundarios. En la actualidad esto se consigue mediante el empleo de la medicación por vía inhalatoria.

¿Qué otros tratamientos pueden utilizarse en el asma?

La hiposensibilización o inmunoterapia es un tema controvertido en el asma infantil. En la actualidad la educación de la familia y el niño, el control ambiental y el tratamiento farmacológico suelen ser suficientes para controlar bien la enfermedad. No debe ser la primera línea del tratamiento y sólo debe utilizarse en casos muy seleccionados.

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