22 de abril de 2009

Higiene oral, un hábito que se debe fomentar desde el nacimiento de los niños - Consejos Fundamentales - Embarazos Múltiples

Embarazos Múltiples
Consejos Fundamentales

Higiene oral, un hábito que se debe fomentar desde el nacimiento de los niños

Sellantes, profilaxis, flúor y adecuada limpieza son las claves para que los niños tengan una verdadera sonrisa.

El sonido de la fresa está en las pesadillas de muchos y estos miedos les son transmitidos a sus hijos que lloran cuando van al odontólogo. Es importante hacerles placentera la experiencia para que desde la infancia se acostumbren a mantener una adecuada higiene oral. “He visto niños con caries en todos los dientes, porque sus papás no les prestan atención”, dice la odontopediatra Hortensia García. Muchos padres no le dedican el cuidado a la dentadura temporal, porque, según ellos, finalmente terminará cayéndose.

La odontopediatra Ángela Dávila aclara que esas piezas temporales abren y cuidan el espacio de las definitivas; si no se les tiene cuidado, la dentadura definitiva saldrá apiñada. Además, a los 6 años todos los niños tienen una muela permanente que se puede perder por falta de cuidado.



Prevención temprana
En algunos bebés asomarán los primeros dientes a los cuatro meses; en otros, hasta los seis. Pero debe hacerse limpieza desde el nacimiento. Un algodón con agua o bañado en bicarbonato de sodio será suficiente para limpiar las encías y la lengua cada tres días en el bebé. Cuando salen los primeros dientes, un cepillo de cerdas suaves es el instrumento principal; si el niño no acepta la crema por el sabor picante, los padres no deben angustiarse, lo más importante está en la técnica, la frecuencia y el cepillo. Cuando los dientes temporales han salido, la odontóloga Hortensia García recomienda ponerles sellantes, que, como su nombre lo indica, cierran los relieves de los dientes para evitar que algunos agentes (como azúcares) se peguen a la superficie de las muelas y las hagan más propensas a la caries. Solo se ponen en las muelas y en algunos dientes, si tienen una forma con demasiados relieves, surcos o fisuras.

En cuanto a la aplicación de flúor, la odontopediatra Ángela Dávila aclara que no es para todos los niños, porque hoy es frecuente encontrarlo en la sal, el agua y las cremas dentales; aunque la medida cambia en cada ciudad. Por eso, es el especialista el que al examinar al niño y sus circunstancias determinará si lo necesita o no. La frecuencia de la aplicación depende del riesgo de caries en cada niño, que se divide en baja, media y alta.

- Baja: son quienes no han tenido caries en el último año, porque mantienen una buena higiene y alimentación. Sus dientes tienen pocas fosas o no muy profundas. A ellos se les puede aplicar una vez al año.
- Media: si ha tenido una caries en el último año, fosas profundas y manchas blancas, que son la primera señal de caries. Debe aplicarse tres veces al año.
- Alta: más de dos caries en el último año, alta ingesta de azúcar, mala higiene oral. Cuatro aplicaciones anuales.
El uso excesivo genera fluorosis, una enfermedad que ataca el esmalte y produce manchas blancas o amarillentas y hace los dientes más sensibles a la caries. Los niños que aún no pueden escupir no deben emplear cremas con flúor, porque pueden tragársela.



Caries del lactante
Es la enfermedad más común en los niños, por la falta de cuidado y la alta ingesta de dulces, que se pegan en los dientes y empiezan a desgastarlo. Es especialmente dañina en el lactante cuando lo dejan dormir con el tetero y no le cepillan los dientes con frecuencia. La primera señal son manchas blancas y dientes que pierden brillo, luego aparecerá un color oscuro y en sus fases más avanzadas acabará con el diente, lo que indica que la caries lleva ya mucho tiempo albergada en la pieza dental.

La adecuada alimentación rica en frutas, verduras, proteínas y lácteos harán dientes más fuertes.
Además, debe realizarse una profilaxis dos veces por año que consiste en una limpieza general que hace el odontólogo, que se hace con un aparato semejante a un cepillo eléctrico. Si el niño tiene alto riesgo de caries debe hacerse por lo menos tres veces al año. Los niños deben acudir cada año o cada seis meses al odontólogo dependiendo.tuación de riesgo.

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