15 de abril de 2009

Lenguaje para Corregir a los Niños - Crianza - Embarazos Múltiples

Embarazos Múltiples
Crianza

Lenguaje para Corregir a los Niños

Corregir a los hijos es difícil y requiere de mucha paciencia, muchas veces nos dejamos llevar por la cólera del momento y decimos palabras que pueden herirlos, hacerlos inseguros o reprimirlos; pero también las palabras pueden alegrarlos, hacer que se sientan bien y motivarlos a hacer bien las cosas.

Al corregir a su hijo, un simple cambio de frase puede hacer la diferencia, y en vez de generar sentimientos negativos podemos ayudarlo a controlarse y a aprender, así como hacerlos sentirse importantes y felices. Cuando de una orden u orientación piense dos veces y envíe el mensaje de forma diferente, siempre utilizando un tono firme y amable a la vez, no es necesario ser autoritario ni rogarle al niño.

Los niños creen lo que le dicen los adultos, por eso no diga frases negativas que lo harán sentir menos o sentirse culpable. Utilice frases estimulantes:
“nunca tienes tus juguetes en orden”, “qué vergüenza me haz hecho pasar”, cámbielo por “qué lindo sería que tus juguetes estén ordenados”, “estoy sorprendida, ojalá te portes bien la próxima vez porque sino tendré que castigarte”

Gritar sólo genera tensión en el niño, muchas veces con sólo una pregunta o una sugerencia se le puede hacer recordar al niño a cambiar de comportamiento:
“Cállate!”, “me estás volviendo sorda!”, “Te he dicho que obedezcas, ahora le voy a contar a papá”, cámbielo por “Vamos a hablar en voz baja”, “Tranquilo, Mateo”, “¿estás usando tu voz interior?”, “¿crees que te estás portando bien?

Los niños tienen una necesidad increíble de amor, y usted debe demostrárselo en todo momento, hasta cuando lo está corrigiendo para que no sientan que siempre lo está regañando:
“Qué mal te estás portando”, “Hasta ahora no te haz lavado la cara y ni siquiera te haz peinado”, cámbielo por “Te quiero mucho, pero no me gusta cómo te estás portando”, “Cuando termines de lavarte y peinarte te vas a ver preciosa” (incentivo y elogio)

Los niños aprenden repitiendo, se debe tener mucha paciencia hasta que él consiga aprender, pudiendo necesitar ayuda en repetidas ocasiones, hacerle saber nuestra frustración sólo hará sentir al niño que no sirve para nada:
“Todos los días te enseño cómo armar el avión y todavía no puedes solo”, “qué torpe eres!”, cámbielo por “Armar el avión es difícil, vamos a seguir practicando”, “poco a poco lo conseguirás, eso es difícil”

Al corregir al niño con amenazas sólo conseguirá que haga lo que usted quiere por miedo, intente enseñarle la relación causa-efecto que le incentivará a hacer las cosas y a pensar antes de actuar:
“Si vuelves a tirar los juguetes te voy a pegar”, “ponte la casaca o te voy a pega” cámbielo por “No tires los juguetes porque se van a romper, y después con qué jugarás”, “ponte la casaca para que no te enfermes”

Los buenos sentimientos se enseñan con el ejemplo y hablándoles mucho, de ninguna manera se pueden imponer, es algo que debe nacer del niño:
“Ya te he dicho que tienes que compartir, préstale tu muñeca a tu hermana”, cámbielo por “A tu hermana le gusta mucho tu muñeca, qué lindo jugar juntas”.

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