26 de octubre de 2009

Ideas para estimular el apetito de los niños - Nutrición y alimentación - Embarazos Múltiples


Embarazos Múltiples
Nutrición y Alimentación

Ideas para estimular el apetito de los niños


La creatividad, los colores, la variedad y la paciencia son las mejores armas para vencer la inapetencia. Aprenda estas claves para que la hora de las comidas sea placentera. Algunas recetas pueden ayudar.

Los padres lo intentan todo: el jueguito del avión, una cucharada por la abuelita, dar incentivos, usar suplementos vitamínicos y hasta imponer castigos. Sin embargo, casi siempre pierden la batalla y la hora de las comidas se convierte en una ‘guerra’ con sus hijos.

Pero no hay de qué preocuparse. Con paciencia y creatividad se puede estimular el apetito de los pequeños para lograr que les encuentren gusto a los alimentos.

La inapetencia infantil es normal en la mayoría de los niños. Según la nutricionista Alicia Cleves, se caracteriza por la falta de deseo de consumir alimentos. “Es una actitud asumida por el niño, producida generalmente por malos hábitos inducidos por una mala técnica alimentaria, raramente se debe a problemas emocionales o a enfermedades orgánicas generales”, explica.

Aunque esta situación preocupa mucho a los padres y se vuelve una causa común de consulta pediátrica, es totalmente explicable, pues entre los 2 y los 5 años de edad, los niños experimentan una disminución del apetito por causas fisiológicas normales y ya no aumentan de peso como lo hicieron durante los primeros 12 meses de vida. Por eso, necesitan menos calorías.

Así mismo, la dentición en algunos casos provoca molestias y los pequeños no comen porque al masticar sienten dolor. Esta etapa de inapetencia suele ser transitoria y algunos días los niños sienten más apetito que otros.

Sin embargo, no hay que conformarse y seguir viendo cómo los platos siguen quedando servidos. Hay diferentes formas de estimular el gusto por la comida. Las claves para lograrlo son la constancia, la firmeza y la creatividad. Como primera medida, se debe establecer un ambiente familiar que fomente en los niños el desarrollo de hábitos alimentarios adecuados. “La alimentación nunca debe ser forzada, pues la idea es crear un momento agradable para el niño. Esto no quiere decir que se deba jugar mientras se le da de comer. El niño está en capacidad de hacerlo sin trucos ni juegos”, afirma Cleves.

También es adecuado ajustar las porciones a la capacidad digestiva del pequeño, pues cada uno tiene su propia medida y se llenan rápidamente o de forma más lenta. Cuando se sirven cantidades abundantes, es posible que se fatigue visualmente y rechace la comida sin probarla. Es recomendable introducir nuevos sabores y ofrecerle variedad de ideas, con alimentos que le gusten y sean fáciles de masticar, como el pollo, el arroz, la carne molida y el queso. Tenga en cuenta siempre que los padres son los primeros que deben dar buen ejemplo. De nada sirve inculcarle buenos hábitos alimentarios al niño, si los adultos no comen adecuadamente y rechazan ciertos tipos de comida.

Consejos para abrir el apetito

Siga estas recomendaciones y posiblemente el niño comerá como un sabañón:

* Todo entra por lo ojos y la comida no es la excepción. Crear y diseñar platos atractivos es fundamental para provocar. La idea es preparar recetas que estimulen al niño con figuras geométricas o formas de trenes, casas, carros, etc. Por ejemplo, corte los vegetales y frutas como anillos o dé la carne en tiras.

* Los niños también pueden ser los cocineros. Permita que ellos intervengan en la preparación de los alimentos, porque así se los comerán con más ganas y satisfacción.


* En la variedad está el placer. Ofrézcale al niño varias alternativas para comer, con el objetivo de que él pueda escoger la que más le guste. Así mismo, sirva diferentes tipos de alimentos como frutas, vegetales, carne, cereales, panes y postres.


* Los colores estimulan los sentidos. Utilizar platos de tonos llamativos o con personajes infantiles ayuda a que el niño se sienta vinculado con la comida y tenga mayor interés al sentarse a la mesa.


* La rutina también hace al maestro. Cree hábitos alimentarios y establezca horarios de comida definidos. De esta forma, el niño se acostumbrará y tendrá hambre cuando llegue la hora de comer.


* Con la cuchara en la mano. Permita que el niño utilice los cubiertos y coma solo, en vez de darle la comida.

* Si es muy pequeño, déjelo utilizar las manos. Además, es importante que la familia se reúna a comer y lo acompañe.

* Entre gustos no hay disgustos. Tenga en cuenta qué le gusta a su hijo para poder brindárselo más seguido y mezclarlo con los alimentos que menos le agradan.


* La gratificación ayuda a superarse. Felicítelo cuando coma bien. Muéstrele su cariño y abrácelo.


Errores que se pueden evitar

Tenga en cuenta estas fallas y trate de no cometerlas. Estas conductas pueden empeorar la inapetencia:

* Menos dulces, más apetito. Evite que coma golosinas entre las comidas, pues puede que le quiten el hambre y no coma a la hora adecuada.

* No prepare siempre lo mismo. Los menús rígidos y comunes no incentivan al niño y le producen aversión a ciertos productos.


* Cada cosa a su tiempo. No permita que el niño vea televisión mientras come. Se puede distraer y es posible que pierda el interés en los alimentos.


* Evite usar alimentos como premios o castigos. Esto puede malcriar al niño y le enseñará a actuar siempre por una recompensa.


* Cantidad no es calidad. No es aconsejable llenar de comida el plato ni obligarlo a comer como un adulto. Esto puede desmotivarlo.


* No prolongue el tiempo de las comidas. Los niños no deben permanecer sentados por largas horas en la mesa hasta que terminen. Esto puede generar rechazo.

* Las vitaminas no son la solución. Menos el uso de estimulantes del apetito porque pueden traer consecuencias. Consulte a su pediatra antes de emplear alguno.

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