30 de noviembre de 2011

DIARREA EN EL RECIEN NACIDO - EMBARAZOS MULTIPLES - BEBE - RECIEN NACIDO

EMBARAZOS MULTIPLES
BEBE - RECIEN NACIDO


DIARREA EN EL RECIEN NACIDO

¿Qué podrían indicar los problemas gastrointestinales en un recién nacido?

La capacidad de alimentación y digestión de un recién nacido es esencial para su crecimiento y desarrollo. La mayoría de los bebés tienen la capacidad de alimentarse con leche y realizar una absorción normal seguida de deposiciones normales. Los problemas en cualquiera de estas áreas pueden ser una adaptación transitoria o un signo de un problema más serio. A continuación, se enumeran los síntomas que pueden indicar que el bebé está sufriendo problemas gastrointestinales:

vómitos:
Es bastante común entre los recién nacidos eructar, regurgitar y derramar leche luego de las tomas. Esto es consecuencia de que el músculo del esfínter entre el estómago y el esófago (el conducto que comunica la boca con el estómago) es débil e inmaduro.

Sin embargo, los vómitos explosivos o muy enérgicos, o la regurgitación de gran cantidad de leche después de la mayoría de las tomas, pueden indicar algún problema. En los bebés alimentados con fórmula, los vómitos pueden ocurrir luego de la sobrealimentación o por intolerancia a dicha fórmula. Tanto en los bebés amamantados como en los alimentados con fórmula, un trastorno físico que impide la digestión normal puede provocar vómitos. El cambio de color o el matiz verdoso en el vómito puede significar que el bebé tiene una obstrucción intestinal. Consulte inmediatamente al médico si su bebé vomita con frecuencia, o con mucha energía, o si tiene cualquier otro síntoma de sufrimiento.

reflujo:
Es posible que algunos bebés regurgiten constantemente todas o la mayoría de las tomas de leche, o que tengan náuseas o se atraganten durante las tomas. Esto puede ser provocado por el reflujo. El reflujo se produce cuando el contenido gástrico regresa al esófago (conducto que conecta la boca al estómago). El contenido gástrico puede agrietar e irritar al esófago. Cuando el contenido gástrico regresa al esófago, puede ser vomitado y aspirado (inhalado) por los pulmones. También es posible oír y sentir "ruidos" en el pecho y en la espalda. Algunos consejos que pueden ayudar a los bebés con reflujo incluyen los siguientes:

Juegue con el bebé, báñelo y, o cambie los pañales antes de alimentarlo.
Asegúrese de que el pañal no esté ajustado.
Aliméntelo con cantidades más pequeñas, pero con mayor frecuencia.
Aliméntelo lentamente y en posición erguida.
Haga eructar a su bebé con frecuencia durante las tomas de leche.
Mueva a su bebé con cuidado después de alimentarlo.
Coloque a su bebé de costado, o como le indicó el médico de su hijo.
Eleve la cabecera de la cama.

Consulte con el médico de su hijo si su bebé está nervioso, si los vómitos parecen empeorar o si su bebé tiene problemas para respirar durante o después de las tomas de leche, o si tiene episodios de atragantamiento o se niega a comer.

diarrea:
La primera deposición del recién nacido se denomina meconio, que es la sustancia negra-verdosa y pegajosa que se forma en los intestinos durante el desarrollo fetal. El bebé puede tener varias deposiciones de meconio antes de que esta sustancia desaparezca por completo del sistema del bebé. Después de los primeros días, las deposiciones de los bebés alimentados con fórmula son amarillas y con forma, y pueden ocurrir una o dos veces al día, e incluso con mayor frecuencia en algunos casos. Los bebés amamantados realizan deposiciones amarillo-verdosas y blandas varias veces por día, tantas veces como tomas de leche.

Los bebés con diarrea realizan deposiciones muy flojas y acuosas que son muy frecuentes. Un bebé puede tener o no síntomas de cólicos con la diarrea. Las deposiciones acuosas y la diarrea en el recién nacido pueden provocar rápidamente una deshidratación severa; por lo tanto, deben tratarse de inmediato. Consulte con el médico si su hijo muestra cambios en sus deposiciones o diarrea.

cólico:
El cólico es un problema que afecta a algunos bebés durante los primeros tres o cuatro meses de vida. Puede ser muy estresante y frustrante para los padres. Los médicos han definido el cólico como un llanto prolongado o excesivo en un bebé que, por lo demás, se encuentra bien. El llanto puede ser muy fuerte y puede durar varias horas por día. En general, los cólicos comienzan alrededor de la tercera semana de edad, llegan a su peor instancia en la sexta semana aproximadamente y comienzan a resolverse gradualmente alrededor de los 3 meses de edad. Aún se desconocen las causas del cólico. Algunas de las razones por las cuales los bebés pueden tener cólicos incluyen:

adaptación mutua
Los cólicos pueden estar relacionados con la adaptación que tienen que hacer tanto los padres como el recién nacido. Obviamente los bebés no pueden hablar, pero hasta que aprenden, una forma de comunicarse con los adultos es a través del llanto. Los padres tienen que aprender a interpretar las razones por las cuales su bebé llora, y saber qué hacer para contentarlo. ¿Tiene hambre el bebé? ¿Está mojado? ¿Tiene frío? ¿Tiene calor? ¿Está cansado? ¿Está aburrido? Un bebé llorará por estas razones, así como también por otros problemas, y los padres deben tratar de determinar qué está provocando la tensión del bebé, a menudo utilizando el sistema de prueba y error. Los padres primerizos, especialmente, pueden tener problemas para interpretar las señales de su bebé y para responder adecuadamente. El bebé puede continuar llorando simplemente porque no se han satisfecho sus necesidades.

temperamento y adaptación al mundo
Los recién nacidos también tienen que adaptarse al mundo en el que van a vivir. No todos los bebés tienen el mismo temperamento. Algunos se adaptan a las luces, los ruidos fuertes y los demás estímulos que los rodean sin ningún problema, mientras que otros no pueden adaptarse tan fácilmente. Al igual que los adultos, algunos bebés tienen muy buena disposición, y otros son impacientes. El llanto puede ser una forma en la que el bebé desahoga sus sentimientos a medida que se va adaptando al mundo.

Se ha observado que los bebés lloran durante un período específico cada día, a medida que se van acostumbrando al mundo, y a medida que sus padres van aprendiendo a interpretar sus necesidades.

sensibilidad excesiva a los gases

Otra posible razón del llanto excesivo en los bebés podría deberse a una sensibilidad excesiva a los gases del intestino. La cantidad normal de gases que se produce a medida que se digieren los alimentos puede provocar más molestias en algunos bebés que en otros. Si un bebé que tiene cólicos parece producir más gases que otros bebés, esto probablemente se deba a que traga más aire al llorar durante períodos prolongados.

alergia a la leche

Es poco frecuente que la causa de un cólico sea una verdadera alergia a la leche. Sin embargo, algunos bebés puede ser más sensibles a las fórmulas basadas en leche de vaca. El médico de su hijo le recomendará cambiar la fórmula basada en leche de vaca por la fórmula basada en leche de soja para ver si esto ayuda a aliviar los síntomas de los cólicos.

Tratamiento del cólico:

Aprender a interpretar el llanto de su bebé puede ser de utilidad para tratar el cólico. Lleva algún tiempo que los padres y los bebés se acostumbren uno al otro. Recuerde, los bebés llorarán durante un período determinado cada día bajo circunstancias normales.

Otras sugerencias incluyen las siguientes:

Asegúrese de que su bebé no tenga hambre, pero no lo obligue a alimentarse si no está interesado en el biberón o en el seno.

Cambie de posición a su bebé. Siéntelo si estaba acostado. Permita que su bebé mire hacia delante si está sosteniéndole de cara a su pecho. A los bebés les gusta tener diferentes vistas del mundo.

Ofrézcale a su bebé objetos interesantes para que mire, de diferentes colores, formas, texturas y tamaños. Háblele a su bebé. Cántele suavemente.

Acune a su bebé.

Pasee a su bebé.

Coloque a su bebé en un mecedor para niños que se mueva lentamente.

Acueste a su bebé boca abajo sobre su regazo o en la cama, y frótele la espalda. Nunca deje solo a su bebé en la cama, sofá u otro tipo de superficie blanda.

Vaya a dar un paseo en automóvil con su bebé. El movimiento del automóvil a menudo tranquiliza a los bebés.

Trate de utilizar algún objeto en la habitación de su hijo que haga un sonido repetitivo, como un reloj a cuerda o una grabación del latido cardíaco.

Tome a su bebé en brazos y abrácelo. Los bebés no se malcrían por recibir demasiada atención. Sin embargo, pueden tener problemas más adelante si se les ignora y no se satisfacen sus necesidades cuando son bebés.

Permita que un miembro adulto de la familia o amigo (o una niñera responsable) cuide de su bebé de vez en cuando para que usted pueda tomar un descanso. Cuidarse a sí mismo y disminuir el nivel de tensión también puede ayudar a su bebé.

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