Desde el momento de la concepción, el cuerpo de una mujer embarazada participa de un intenso proceso creativo: el milagro de crear una nueva vida. Estos nueve meses tan únicos se prestan perfectamente para desarollar diversas actividades creativas, inspiradoras y expresivas.
Los beneficios de trabajar la creatividad
Cada vez que iniciamos una actividad en que utilizamos nuestras facultades visuales, no verbales, imaginativas, o intuitivas, estamos activando el llamado ‘hemisferio derecho’ del cerebro, y acercándonos más a su parte instintiva o primaria. Hoy en día estamos redescubriendo, a través sobre todo del trabajo de Michel Odent, la importancia de desconectar durante el parto de los pensamientos racionales y el lenguaje verbal, para permitir que la parte instintiva del cerebro segregue las hormonas esenciales para el proceso natural de parto. Conviene que durante el embarazo una mujer tenga oportunidades para acceder a esta parte instintiva del cerebro, para que esta transición sea más familiar y fácil en el momento de dar a luz. Escuchar música, meditar, practicar yoga o tai chi, bailar, cantar, nadar, o, como veremos, desarollar actividades artísticas nos permiten fácilmente perder la noción del tiempo y entrar en un estado de relajación profunda y de consciencia alterada. Se ponen en marcha una serie de hormonas, como las endorfinas, que serán de mucha ayuda para el momento del parto. Estos momentos son a la vez muy beneficiosos para el bebé, que está captando todo lo que vive su madre durante el embarazo. Además, la expresión creativa permite la expresión de los sentimientos intensos que se pueden vivir durante el embarazo, y da la posibilidad de reconocer y transformar miedos o angustias, y de celebrar y disfrutar la belleza de la experiencia.
El primer paso: una actitud abierta.
Lo primero que hay que decir es que no se trata de hacer obras de arte, ni algo bonito o bien preparado. Como el proceso del parto, la creación artística durante el embarazo es algo imprevisible y espontáneo, puedes cultivar tu aceptación y la confianza en tu intuición, dando a luz a tus creaciones en la manera en que traerías un bebé al mundo: queriéndolas y honrándolas tal como son. El embarazo es un momento idóneo para despertar y desarollar tu creatividad interna, si no es algo habitual en tu vida. Como el parto también será algo desconocido, te permite darte cuenta de cómo reaccionas frente a una nueva experiencia. Más que concentrarte en el resultado, pon tu atención en cada momento del proceso, teniendo en cuenta los sentimientos que surgen y simplemente observándolos. Observa también cómo sientes tu bebé mientras estás en ello.
Cuando tengas los materiales frente a ti, respira y toma unos momentos de silencio para calmar tu mente y entrar en un estado receptivo, abierta a tu intuición que te guiará. Pon una música relajante para acompanarte. Es muy bonito poder compartir la experiencia de hacer estas actividades con otras personas, tanto tu pareja como otras mujeres embarazadas. En algunos ejercicios conviene tener el apoyo de alguien en que confías, para poder hablar del proceso y de lo que ha surgido.
Crear un collage o mandala.
En muchas culturas se habla de rodear a la mujer embarazada de imágenes hermosas. Se dice que una imagen vale más que mil palabras y, para muchas mujeres, se despierta una alta sensibilidad visual durante el embarazo. Una manera sencilla de recopilar ilustraciones bonitas es haciendo un collage. Coge una cartulina de un color que te guste, tijeras, cola, y unas cuantas revistas (por ejemplo de salud, viajes, naturaleza, bebés..). Recorta cualquier imagen que te inspire, que te relaje, que te nutra, que te conecte con tu bebé. Poco a poco las vas colocando y enganchando sobre la cartulina, donde tu intuición te diga, creando así un mosaico o mandala que te ayudará a concentrarte e inspirarte durante el embarazo. Cuélgalo en un sitio especial de tu casa donde lo puedes mirar a menudo. También puedes hacer un collage enfocado en el parto. ¿Qué imágenes te ayudarán a parir, a conectarte con tu fuerza, a fluir, a entregarte, a abrirte? Durante tu embarazo puedes coleccionar ilustraciones que puedes llevar contigo para que te apoyen en el momento de dar a luz.
Otra opción es trabajar con objetos que puedes recoger en la naturaleza para hacer un mandala de hojas, flores secas, o semillas, por ejemplo en forma de espiral. La espiral puede representar el camino desde la concepción hasta el nacimiento de tu bebe, y tu camino como madre o padre. También puedes crear un mandala afuera, en un sitio tranquilo, y meditar sobre tu creación en contacto con los elementos.
Hacer dibujos sobre tu embarazo y parto.
El arte nos permite expresar pensamientos y sentimientos que van más allá del lenguaje verbal, por ejemplo, al nivel de símbolos. Tu arte, como tu parto, no tiene que ser ‘perfecto’. Coge hojas de papel grande, y escoge lápices de color, pasteles, acuarelas, o acrílicos. Podrías empezar haciendo un dibujito de prueba para conectar con tu capacidad de dibujar. Cierra los ojos y deja que tu mano se mueva libremente sobre el papel. Intenta dibujar con la mano izquierda (o derecha si eres zurda), es una manera de conectar con la parte instintiva del cerebro. Contempla tu dibujo, sin criticar o interpretarlo.
Luego puedes explorar temas concretos de embarazo y parto, para plasmar en imágenes tus deseos, angustias y alegrías. Algunas posibilidades son: ‘Mujer Embarazada’ (¿cómo te ves? ¿cuál es tu experiencia?); ‘El Paisaje de tu Parto’ (¿qué hay alrededor de ti? ¿quién esta contigo? ¿qué tiempo hace?); ‘Reconociendo tu Miedo’ (expresar libremente lo que te da miedo en el parto); ‘Transformación del Miedo’ (si ocurre lo que te da miedo, ¿cómo lo enfrentarías?); ‘La Apertura’ (crea un imagen que te ayudará a abrirte y traer tu bebé al mundo). Cuando has acabado, te puedes hacer algunas preguntas, por ejemplo: ¿Cómo me sentía durante el proceso? ¿Cómo me siento ahora? ¿Qué he aprendido de mis suposiciones en relación al embarazo / parto / maternidad? ¿Hay algo que me sorprende o no entiendo? Puedes escoger un dibujo para llevar al lugar donde darás a luz. Cuando crezca tu hijo/a, podrías ensenyarle lo que hicistecuando te preparabas para su nacimiento.
Trabajar con barro
El asombro ante la capacidad de creación de la mujer ha inspirado en antiguas culturas del mundo la creación de figuras voluptuosas y redondas, dando a luz erguidas o amamantando. Muchas de estas figuras, por ejemplo, la famosa Venus de Willendorf, son de un tamaño pequeño, que podrías coger en tu mano. Parecen algo muy íntimo, como un amuleto personal. Conectando con esta antigua tradición, podemos crear con barro pequeñas figurinas que nos dan fuerza y confianza durante este tiempo de grandes transiciones.
Empieza por sentir el barro en tus manos, las sensaciones que te da, su movilidad, su textura. Sin preparar lo que vas a crear, escoge un tema, por ejemplo, la redondez, y deja que tus manos expresen a través del barro esta imagen. También puedes hacer una representación de tu bebé dentro del útero, crear una figura de poder para tu Parto, o un animal que te pueda conectar con tu instinto para dar a luz y ser madre o padre. O simplemente dejar que salga algo totalmente imprevisto, según cómo te sientas en ese momento. Déjalo secar durante una o dos semanas. Si puedes cocerlo, será más fuerte. Colócalo en un sitio especial. Lleva tu amuleto a tu parto para acompañarte.
Crear un móvil para tu bebe
Cuando se está acercando el nacimiento de tu hijo/a, un ejercicio muy bonito que puedes hacer con tu pareja es recoger objectos especiales para hacer un móvil para tu bebé. En la naturaleza, déjate atraer por hojas, conchas, plumas, flores (para secar) o pequeñas ramas caídas. En casa puedes hacer pequeños ángeles, o escribir en tarjetas de color una cualidad que quieres transmitir a tu bebé, por ejemplo, ‘amor’, ‘confianza’, ‘paz’… Para construir el móvil, puedes coger dos palos en cruz y atarlos en el centro, o una pequeña cesta redonda (mejor si es plana). Ata los objetos con hilo blanco o de color y conectarlos a los palos o a la cesta. Encima enlaza dos hilos largos en cruz para colgar desde el techo en la habitación donde dormirá tu bebé.
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