24 de septiembre de 2008

La Amniocentesis y el Embarazo - Embarazo - Embarazo Múltiple


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LA AMNIOCENTESIS Y EL EMBARAZO

Cuando una madre se encuentra gestando un niño son muchas las dudas como miedos que pueden presentarse; desde las primeras semanas podemos conocer perfectamente la salud de nuestro bebé, esto es posible gracias a diversas técnicas de la medicina fetal. Las mismas le permiten al médico buscar alguna anomalía o verificar los riesgos genéticos o enfermedades que puedan derivar de las mismas; entre las alternativas de control más conocidas se destacan la amniocentesis, las ecografías, biopsias y la punción del cordón umbilical.

Aunque es cierto que el 80% de los embarazos evolucionan favorablemente y lo más probable es que el niño nazca sin ningún problema físico u orgánico, pero ni el marido es capaz de evitar que la futura mamá se sienta insegura durante el período del embarazo. La amniocentesis pretende ayudarla a que se sienta menos insegura y pueda llevar a adelante un embarazo sin preocupaciones; dicha técnica consiste en una punción de líquido amniótico a través de la pared abdominal de la madre.

Habitualmente, esta punción se realiza en la semana 15 de gestación mediante un control ecográfico; se deben extraer al menos 20 cc de líquido; luego de realizada la punción, la madre debe permanecer en reposo por un mínimo de dos días. El líquido amniótico posee células fetales, éstas serán cultivadas y analizadas para luego obtener un diagnóstico cromosómico del niño.

La amniocentesis nos permite descartar anomalías cromosómicas, alteraciones del desarrollo de la columna vertebral o cerebro, enfermedades hereditarias metabólicas y hasta conocer el sexo del bebé.

¿Cuándo se emplea la prueba?

La amniocentesis no es una técnica habitual, sólo se lleva a cabo si existen factores de riesgos tales como: cuando la madre supera los 38 años, si las técnicas de estudio bioquímico dieron a conocer a la madre como persona con riesgo de tener un niño con alteraciones genéticas o de médula ósea; si existe algún hijo anterior que posea una alteración de este tipo o si en los antecedentes de los padres existen portadores de enfermedades musculares o mucoviscidosis. A los 38 años es cuando el riesgo de tener un niño portador de una anomalía congénita aumenta, cuando hablamos de anomalías congénitas nos referimos a la posibilidad de que el niño en vez de nacer con 46 cromosomas nazca con 47. Cuando la madre ya es muy mayor lo más probable es que se presente el Síndrome Down; las estadísticas dicen que a los 28 años, el riesgo de tener un chico con esta patología es de 1 cada 2000 embarazos; a partir de los 28 años, es de 1 por cada 500 y de 1 cada 400 cuando la mujer supera los 40 años.

Afortunadamente las técnicas para detectar estas enfermedades se han perfeccionado, la amniocentesis no es un método inocuo, entre un 0,5% y un 1% de las madre pueden llegar a presentar complicaciones; lo más grave que puede suceder es que pierdan el bebé a la semana después de realizarse. La punción del cordón umbilical tiene como objetivo obtener la sangre del bebé y analizarla para descartar la posibilidad de malformaciones, enfermedades infecciosas que se pueden haber contraído durante el embarazo, sufrimiento fetal, etc. La amniocentesis no puede ser realizada por cualquier médico, se requiere de una persona entrenada que a su vez lleve a cabo un control ecográfico de la introducción de la aguja y cerciorarse de que alcance correctamente el cordón umbilical.

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