15 de febrero de 2011

Diagnóstico de la hidrocefalia-EMBRAZOS MULTIPLES



EMBRAZOS MULTIPLES


Diagnóstico de la hidrocefalia

Si un niño presenta cualquiera de los signos y/o síntomas arriba mencionados, debería ser evaluado por un médico inmediatamente. El médico lo explorará, elaborará su anamnesis -un informe detallado de sus antecedentes médicos- y solicitará algunas pruebas de diagnóstico por imagen, como la ecografía, la tomografía computerizada (RC) y/o resonancia magnética (RM), para obtener una imagen clara de lo que ocurre dentro del cerebro del niño...

Durante estas pruebas, el niño permanecerá sobre una mesa estirado e inmóvil durante unos segundos mientras una máquina pasa sobre él emitiendo frecuencias de radiación u ondas sonoras muy bajas (e inofensivas).

Derivaciones
Si a un niño le diagnostican una hidrocefalia, el tratamiento dependerá de la edad del niño, la causa de la acumulación de líquido cefalorraquídeo en el cerebro (si se debe a una obstrucción, una sobreproducción u otro problema), y el estado de salud general del niño.

La colocación de derivaciones, que han sido el tratamiento estándar durante décadas, implica implantar quirúrgicamente el final de un catéter (un tubo flexible) dentro del ventrículo cerebral y el otro extremo en la cavidad abdominal, las cámaras del corazón o el espacio que rodea los pulmones, donde se drenará el líquido cefalorraquídeo para que pueda ser absorbido por el torrente sanguíneo. Una válvula regulará el flujo para evitar drenajes tanto excesivos como insuficientes.

Aunque este procedimiento suele ser eficaz en la hidrocefalia, las probabilidades de fracaso y de complicaciones son elevadas. En torno al 30% de las derivaciones dejan de funcionar durante el primer año, y el 5% lo hacen durante cada uno de los años consecutivos, con la consecuente reaparición de los síntomas. El niño tendrá que volver a ser intervenido para corregirle el problema —bien sustituyéndole el catéter, la válvula o toda la derivación. La mayoría de niños a quienes les implantan derivaciones tienen que ser operados varias veces a lo largo de su vida para solucionar los problemas que van surgiendo en la derivación.

Las infeccione son otro de los efectos secundarios de las derivaciones, y ocurren en un 5% a 10% de estas intervenciones. Los niños desarrollan los típicos signos de infección, como fiebre y rigidez de cuello, y pueden experimentar molestias en la zona del implante o dolor de abdomen. La mayoría de los infecciones se desarrollan durante los primeros meses posteriores a la colocación de la derivación y requieren extraer temporalmente el dispositivo mientras el niño recibe antibióticos por vía intravenosa durante un período de tiempo de hasta dos semanas.

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