9 de marzo de 2011

¿PORQUÉ UN BEBÉ NO SUBE DE PESO?¿DEBERIA PREOCUPARNOS?-EMBARAZOS MULTIPLES


EMBARAZOS MULTIPLES

¿PORQUÉ UN BEBÉ NO SUBE DE PESO?
¿DEBERIA PREOCUPARNOS?


Probablemente no. Recuerda que si bien debería seguir aumentando de peso de forma constante-a excepción de los primeros días, cuando incluso puede perder un poco de peso para después recuperarlo rápidamente-no siempre será una subida sin altibajos...

La tasa de crecimiento del niño se acelerará y desacelerará. Puede que incluso se frene momentáneamente si, por ejemplo, está enfermo. Pero, en general, deberías notar que el peso aumenta cada vez más.

Si estás muy preocupada porque tu bebé no aumenta de peso, ponte en contacto inmediatamente con el médico.

¿Qué hará el médico?

El médico le realizará un examen físico y te hará una serie de preguntas para que lo ayudes a determinar si hay algún problema y, de ser así, establecer cuál podría ser la causa. Al evaluar su estado de salud, tendrá en cuenta muchos factores además de su tasa de crecimiento.

Si el bebé va alcanzando los distintos hitos del desarrollo más o menos en el tiempo previsto, se está relacionando bien contigo y se ve feliz y sano en los demás aspectos, lo más seguro es que esté bien.

Si tu médico determina que no está creciendo a un ritmo normal, es muy importante encontrar la razón. Una nutrición adecuada — especialmente durante los primeros tres años — es crucial para el desarrollo mental y psíquico del niño. Si notas que el pequeño está por debajo del tercer percentil de peso en su tabla de crecimiento, o si pesa un 20 por ciento por debajo del peso ideal de acuerdo a su altura, le diagnosticarán "dificultad para aumentar de peso" o "retraso del desarrollo".

El médico tal vez ordene hacerle análisis de sangre, de orina u otros estudios y monitoree el aporte calórico durante un periodo de tiempo. Además, seguramente te observe cuando le des el pecho o el biberón para ver si mueve la mandíbula correctamente o si tiene dificultad al succionar. En algunas ocasiones, la respuesta es muy simple y en otras es bastante complicada.

Tal vez sea un momento preocupante y frustrante. Puede resultarte difícil saber que tu bebé no se está desarrollando debidamente. Sin embargo, es importante que no te eches la culpa ni sientas que no eres capaz de alimentarlo o que no eres una buena madre.

¿Qué es lo que podría estar dificultando el aumento de peso?

Hay tantas causas posibles que el médico podría en algunos casos pasarse meses haciendo análisis y estudiando la dieta, la historia de salud, el nivel de actividad y los posibles motivos de estrés del bebé antes de descubrir el origen del problema.

En general, si no está creciendo a un ritmo constante, significa que no está comiendo bien o que su cuerpo no está absorbiendo o utilizando los nutrientes correctamente. Las siguientes son algunas de las razones por las que esto podría suceder:

Problemas de alimentación:
• Es posible que tu bebé se canse y se quede dormido antes de tomar toda la leche que necesita.

• Tal vez tenga un reflejo débil de succión que le impida extraer la suficiente leche de tus pechos cuando lo amamantas o incluso cuando le das el biberón (aunque esto ocurre con más frecuencia al amamantar).

• Si estás amamantándolo y tienes dificultad para establecer una rutina de alimentación, el bebé podría no estar ingiriendo suficiente alimento. También es posible que tus pechos no estén produciendo la leche necesaria para alimentarlo o que no esté bajando la última leche (la leche que sale de tu pecho al final de la toma), que es la más rica en grasas y proteínas.

Un tercio de la leche materna recibe el nombre de leche aguada o inicial, y el bebé la puede extraer fácilmente. Cuando comienzas a amamantar, tu cuerpo libera instintivamente la hormona oxitocina, que estimula la bajada a los pechos del resto de la leche, la leche rica en grasas y proteínas. Este proceso se conoce como reflejo de bajada de la leche y te darás cuenta que ha sucedido cuando sientas una sensación de cosquilleo en los pezones o cuando la leche materna salga en cantidad. La leche final de la lactancia tiene más calorías que la leche inicial.

Si estás pasando por una situación de estrés o estás dolorida, el reflejo de bajada de la leche puede fallar, lo que haría que tu bebé no reciba la leche rica en grasas y proteínas del final de la toma. Si esto se transforma en un problema crónico, puede derivar en un retraso del desarrollo. Para estimular la bajada de la leche rica en grasas y proteínas es recomendable amamantar en un lugar tranquilo y relajante.

• Es posible que algunos bebés que se alimentan con una rutina estricta, y no según su necesidad (cuando manifiestan tener hambre), reciban menos alimento del que necesitan. La mayoría de los especialistas creen que es mejor dejar que el bebé tome el pecho o el biberón durante el tiempo que desee y cada vez que tenga ganas.

Otras causas comunes:

• Tal vez el bebé haya perdido el apetito si estuvo enfermo.

• Puede que tenga problemas gastrointestinales como diarrea, reflujo o intolerancia a la leche.

• Si sufres de depresión posparto o tienes otros niños pequeños que reclaman tu atención, tal vez no puedas estar lo suficientemente atenta para saber si tu bebé esté recibiendo todas las calorías que necesita.

En raras ocasiones, la dificultad para aumentar de peso puede producirse como consecuencia de una fibrosis quística, una enfermedad del corazón, una enfermedad de la cavidad abdominal o una endocrinopatía. Si cualquiera de estos trastornos resulta ser el problema, es importante descubrirlo lo antes posible.

¿Cómo trata el médico a un bebé con dificultad para aumentar de peso?

Una vez que tú y tu médico descubran la causa del problema, podrás empezar a corregirlo tratando los problemas de salud y aumentando el aporte calórico de tu bebé, si fuese necesario.

Para lograr que el niño vuelva a tener un peso saludable, tal vez tengas que complementar la lactancia con leche de fórmula o darle alimentos con alto contenido calórico, si es que ya hubiera comenzado a alimentarse con sólidos. La leche entera y sus derivados (queso, requesón, yogur, helado, postre y sopa hechos con leche), los huevos, el aguacate (palta), los panes integrales y las pastas, los panqueques, el puré de papas (patatas) y los cereales calientes son buenas opciones, una vez que el niño tenga la edad suficiente para ellos.

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