28 de noviembre de 2007

Tratamiento intrauterino

Durante muchos años el diagnóstico prenatal suponía un sentimiento de frustración ya que, una vez establecido, sólo había dos opciones: la interrupción del embarazo o aceptar el niño malformado y esperar su nacimiento. Es verdad que, en muchas ocasiones, saber que existe una anomalía congénita permite planificar dónde y cuándo ha de ser el parto, de tal forma que el equipo médico que ha de tratar al niño tenga todo planificado. En los últimos años se atisba la posibilidad de tratar intraútero con éxito algunas anomalías congénitas.

Los tratamientos intrauterinos pueden ser:

  • transplacentario
  • cirugía a cielo abierto
  • cirugía guiada
  • Tratamiento transplacentario

    Consiste en la administración de medicamentos al feto a través de la madre. Son fármacos que pasan fácilmente la barrera placentaria y son bien tolerados por la madre. Los resultados más espectaculares se obtienen en las taquicardias supraventriculares. Esta anomalía provoca en el feto una insuficiencia cardiaca que causa su muerte. Con la administración de digoxina y otros antiarrítmicos a través de la madre se logra normalizar la frecuencia cardiaca del feto y su total recuperación, de tal forma que el feto nace absolutamente normal sin ningún tipo de secuela.


    Cirugía fetal a cielo abierto

    Se trata de operaciones que se practican al feto abriendo el abdomen de la madre y el útero. Con este método se han operado hernias diafragmáticas congénitas, hidronefrosis (la dilatación de los conductos que conducen la orina por una obstrucción dando lugar a la atrofia del tejido renal) y espinas bífidas. Aunque a veces en algunos casos se ha logrado corregir la malformación y la supervivencia del feto, este tipo de cirugía se practica cada vez menos por tener malos resultados y ser potencialmente peligrosa para la madre.


    Cirugía fetal guiada

    De esta forma se tratan algunas malformaciones como la hidrocefalia, hidronefrosis y algunas formas de hidrops fetales. Consiste en puncionar o colocar un catéter bajo control ecográfico al feto y evacuar el acúmulo patológico de líquido cefalorraquídeo o de orina, disminuyendo su presión.

    También se utiliza en los gemelos con circulación cruzada que desarrollan el síndrome de transfusión gemelo a gemelo. Consiste en que uno de ellos recibe sangre del otro produciéndose un retardo del crecimiento grave en el gemelo transfusor y un hidrops por insuficiencia cardiaca en el transfundido. En la mayoría de los casos la muerte de ambos o la del gemelo transfusor suele producirse antes del parto.

    Últimamente mediante la amniocentesis de descompresión o cauterizando con láser los vasos por los que se produce la circulación cruzada, se está logrando evitar la transfusión gemelo a gemelo y, de esta forma, se logra la recuperación y normal desarrollo de los fetos.

    En los últimos años se están tratado mediante transfusión de células madres procedentes de hígados de embriones fetos con enfermedades congénitas; se han tratado con éxito fetos con inmunodeficiencia congénita y casos de talasemia. Esta variedad de transplante de médula ósea intraútero que se encuentra aún en fase experimental abre nuevos horizontes para el tratamiento prenatal de muchas enfermedades congénitas hereditarias.

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Buscar en este blog