Determinadas enfermedades maternas, las complicaciones que puedan surgir durante el embarazo o tener una edad avanzada son situaciones que los expertos califican como "de riesgo", es decir, requieren un control más estricto e individualizado que si se tratara de un embarazo normal. Hace unos años, muchas de las situaciones que describimos a continuación ponían en peligro la vida de la madre y del feto, pero actualmente, gracias a los avances médicos, la mayoría de estos embarazos llegan a término sin complicaciones. Entre los embarazos de riesgo, destacan los causados por distintas enfermedades, muchas de ellas crónicas que, sin embargo, no imposibilitan el embarazo.
Diabetes gestacional: pasajera | Durante el embarazo se produce menos insulina, una hormona encargada de regular los niveles de glucosa en la sangre, ya que durante estos meses se necesita más glucosa para satisfacer las necesidades del feto. Al aumentar la cantidad de glucosa, el organismo de la madre fabrica más insulina para impedir que aumente demasiado. Es un proceso natural que no se da en algunas mujeres, por lo que las cifras de azúcar en sangre se elevan demasiado provocando lo que llamamos diabetes gestacional. En la mayoría de los casos, las cifras se normalizan simplemente con una dieta hipocalórica y algo de ejercicio y en muy pocos casos es necesario administrar insulina. Las cifras volverán a los valores normales después del parto.
La epilepsia | La epilepsia hace que aumenten los vómitos y las náuseas propios de los primeros meses de embarazo como consecuencia de la medicación que reciben las mamas epilépticas para evitar las convulsiones. No es posible prescindir de esta medicación durante todo el embarazo ya que sería más perjudicial no controlar los ataques. Sin embargo, el embarazo no agrava la enfermedad y no está comprobado que las mujeres epilépticas tengan más riesgo de abortos, preeclampsia o parto prematuro. Tampoco se ha demostrado que se trate de una enfermedad hereditaria.
Las mamás | Con la edad aumenta el riesgo de malformaciones fetales, con lo cual en estos casos es recomendable practicar las técnicas de detección de diagnóstico prenatal. El 95 por ciento de los casos de síndrome de Down están relacionados con la edad de la madre: - a los 20 años el riesgo aproximado es de 1 de cada 2000 - a los 30, 1 de cada 900; - a los 35, 1 de cada 400; - a los 40, uno de cada 100; - a los 45, 1 de cada 30. Las anomalías cromosómicas aumentan con la edad materna por que los óvulos no se regeneran y durante el paso de los años han podido alterarse a causa de infecciones, radiaciones y otros agentes nocivos. También aumenta el riesgo de padecer enfermedades como hipertensión, diabetes o hipercolesterolemia (colesterol alto) y se asocian con la edad materna algunos problemas como el crecimiento intrauterino retardado o la placenta previa. Aunque cada vez es más frecuente tener el primer hijo a partir de los 35 años, estos embarazos necesitan un mayor control
La hipertensión | Las repercusiones de la hipertensión arterial afectan tanto a la madre como al feto. Por eso, en todas las visitas te tomarán la tensión arterial. Si apareciera una clara elevación, el médico actuará a tiempo, la única forma de controlar esta enfermedad silenciosa pero potencialmente muy grave. Si además de la hipertensión aparecen otros síntomas como edemas o proteína en la orina, puede que se trate de una preeclampsia o hipertensión inducida por el embarazo. Este trastorno suele aparecer después de la semana 20 y es más frecuente en primerizas. Cuando no se pueden bajar las cifras tensionales, será necesario provocar e parto.
Las enfermedades cardiovasculares | Si padeces una enfermedad de tipo cardiovascular, debes saber que durante el embarazo se agravan este tipo de enfermedades a causa de la sobrecarga circulatoria que se produce durante la gestación. Aunque existe un riesgo mayor, actualmente se desarrollan en la mayoría de los casos sin problemas. El control es muy estricto y se evitará ganar demasiado peso. Tampoco es recomendable realizar mucho ejercicio y conviene reposar varias horas al día. La anemia, un problema muy frecuente que no suele tener graves consecuencias en los embarazos normales, puede condicionar un aumento del ritmo cardiaco por lo que también será controlada.
La diabetes | El embarazo contribuye a desencadenar y a agravar la diabetes de la futura mamá y este problema afecta al feto, especialmente durante las primeras semanas, cuando se desarrollan todos sus órganos. Si se sigue un buen control desde el inicio de la gestación, disminuye considerablemente el riesgo de que el bebé padezca alguna malformación. Pero si este control no se lleva a cabo, aumenta el riesgo de aborto, de partos prematuros, de infecciones maternas, de hipertensión... y especialmente se dan más casos de macrosomías (bebés extremadamente grandes). Además de un control personal (con análisis de la glucosa a diario) es posible que sean necesarios muchos más análisis de sangre ya que de esta manera se podrá controlar la hiperglucemia. También aumentan la frecuencia de las consultas y el número de ecografías. Desde el inicio, será imprescindible mantener una dieta adecuada y ajustar las dosis de insulina durante cada etapa del embarazo. Realizar ejercicio de forma moderada (caminar o nadar) es muy beneficioso
El asma | Casi un tercio de las mujeres que padecen esta enfermedad empeoran durante el embarazo. Aunque es esencial conocer el origen del asma para establecer el tratamiento, en general, se recomienda evitar los resfriados y las infecciones respiratorias y, si se trata de una reacción alérgica, alejarse durante estos meses del contacto con las sustancias que lo provocan. En el caso de que a pesar de llevara cabo las medidas preventivas se produzca un ataque, es necesario acudir rápidamente a un centro médico y nunca medicarte por te cuenta, ya que muchos de los fármacos para este problema no están indicados durante el embarazo, al menos en las mismas dosis.
La depresión | La depresión es una enfermedad con una prevalencia durante los últimos años. Diversos estudios han demostrado que puede mejorar con la gestación, pero recientemente otras investigaciones apuntan que en muchos casos se agrava especialmente durante los primeros meses. Normalmente no se recomiendan los medicamentos antidepresivos ni ansiolíticos (ni siquiera los naturales como la valeriana o el hipérico), por lo que será necesario recurrir a técnicas de relajación o a psicoterapia | |
| | | |
| | | | | | | | | | |
No hay comentarios:
Publicar un comentario