17 de agosto de 2008

La Hepatitis B y el Embarazo - Enfermedades Durante el Embarazo - Embarazos Multiples

Embarazos Multiples
Enfermedades Durante el Embarazo

La Hepatitis B y el Embarazo

En la actualidad y por primera vez, una infección realmente grave y que puede poner en riesgo la vida de las personas - la Hepatitis B- puede ser prevenida a través de una vacuna. No obstante, si usted tuviera Hepatitis B, y no se sometiera a los tratamientos adecuados para poder curarla, la misma podría convertirse en una seria amenaza para su bebé.

¿Qué es la Hepatitis B?

La causa de la Hepatitis B (también conocida como Hepatitis B, Virus de HBV), es un virus que afecta y ataca al hígado. Si la misma no fuera tratada adecuadamente, la enfermedad podría transformarse en una dolencia crónica y dañar seriamente a su organismo, trayendo como consecuencia: el desarrollo de enfermedades hepáticas y cáncer de hígado. No existe una cura para la Hepatitis B, pero en la actualidad se ha creado y está disponible una vacuna que ayuda a prevenir y tratar la Hepatitis B. En estos días, más de 1.25 millones de Norteamericanos están infectados con esta enfermedad. La mayoría de las personas que contraen Hepatitis B logran recobrar la salud por sí mismas. No obstante, del 15% al 25% de las personas afectadas por infecciones crónicas en el hígado mueren a causa de este virus.

¿Cómo Afecta la Hepatitis B a su Bebé Recién Nacido?

La Hepatitis B es particularmente peligrosa para los niños y los bebés recién nacidos. Si usted estuviera embarazada y tuviera Hepatitis B, la misma podría pasar a su bebé, dañando severamente la salud del mismo/a. El virus causante de la Hepatitis B puede -algunas veces- ser transferido a través del cordón umbilical hasta llegar a su bebé. Con mayor frecuencia, su bebé podría infectarse con el virus a medida que el mismo/a pasara por el canal de parto durante el alumbramiento. Los fluidos vaginales y la sangre presentes en dicha zona acarrean la enfermedad en cuestión.

Sin una adecuada vacunación, el 90% de los bebés recién nacidos podrían transformarse en portadores crónicos de Hepatitis B. Ésto los colocaría en una posición altamente riesgosa de desarrollar enfermedades hepáticas y cáncer de hígado. Si su bebé recién nacido contrajera dicha enfermedad, él o ella también serían capaces de infectar a otras personas. Es por ello que sería realmente importante someterse a todos los análisis pertinentes para saber si padece Hepatitis B tan pronto como se enterara de que está esperando un bebé.

Síntomas de la Hepatitis B en los Bebés Recién Nacidos

Si usted estuviera infectada, su bebé -probablemente- nacería sin ninguna clase de síntoma que pudiera dejar entrever que padece Hepatitis B. De hecho, podrían pasar años hasta que surgieran o se desarrollaran los síntomas propios de la Hepatitis B. A medida que su hijo vaya llegando a la adolescencia, los signos y los síntomas de la Hepatitis B comenzarán a aparecer, y entre ellos se incluirán: ictericia, dolor en las articulaciones, fatiga, náuseas y pérdida del apetito. El hígado de su bebé se verá afectado, y comenzará a inflamarse. Algunos niños/as desarrollarán enfermedades hepáticas o cáncer de hígado como resultado del daño causado por el HBV en el hígado de los mismos.

Análisis y Tratamiento

Si usted estuviera embarazada, sería necesario someterse a una serie de análisis para detectar la presencia de HBV. En la actualidad, está disponible una vacuna para la Hepatitis B, la cual ayuda a prevenir esta clase de infección. Si la misma es administrada correctamente, este tratamiento específicamente diseñado para prevenir o curar la Hepatitis B podría ser altamente efectivo. El 95% de los bebés recién nacidos que han sido vacunados estarán protegidos de la Hepatitis B, de por vida.

El tratamiento contra la Hepatitis B requiere una serie de exámenes médicos iniciales. Su doctor le tomará una muestra de sangre para analizar si la misma está infectada con Hepatitis B. En esta muestra de sangre se buscarán indicios de la presencia de antígenos superficiales de la Hepatitis B (HBsAg, por sus siglas en Inglés). Estos antígenos están presentes en todas aquellas personas que estén infectadas con este virus. Si su análisis de Hepatitis B arrojara un resultado positivo, su doctor le recomendará la aplicación de una vacuna contra la hepatitis; la cual deberá ser aplicada a su bebé una vez que haya nacido. Su bebé recibirá dos inyecciones en el término de doce horas luego de su nacimiento, entre las que se incluirán: una inyección que contiene la inmunoglobulina contra la Hepatitis B, y la primera dosis de la vacuna contra la Hepatitis B. Su bebé también recibirá dos dosis adicionales de esta vacuna; la primera durante el primer o el segundo mes de vida, y la segunda a los 6 meses.

Si usted sufriera del hígado, y no se hubiera sometido a los exámenes médicos apropiados para analizar si porta este virus, su doctor le administrará la primera dosis de la vacuna contra la Hepatitis B a su bebé en un plazo que no superará las doce horas posteriores a su nacimiento. Su sangre será enviada para ser analizada lo más rápidamente posible. Si su análisis arrojara un resultado positivo, su bebé recibirá un tratamiento continuado contra la Hepatitis B, incluyendo: la aplicación de inmunoglobulina contra la Hepatitis B dentro de los 7 días posteriores a su nacimiento. Por otro lado, su bebé también recibirá dos dosis adicionales de la vacuna contra la Hepatitis B, cuando cumpla 2 meses de vida y 6 meses de vida, respectivamente. Si su análisis arrojara un resultado negativo, su bebé deberá volver más adelante para que se le apliquen las subsiguientes vacunas.

Lactancia y Hepatitis B
Usted podría estar preguntándose si es seguro amamantar a su bebé si estuviera infectada con Hepatitis B. Varios estudios científicos han demostrado que los bebés que son amamantados no corren mayores riesgos de contraer el virus en cuestión, si se los compara con aquellos bebés que son alimentados con mamadera. No obstante, si estuviera pensando en amamantar a su bebé y tuviera Hepatitis B, debería tener sumo cuidado de que las grietas o la irritación presentes en sus pezones no incrementaran el riesgo de transmitirle esta enfermedad a su hijo/a.

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